Este miércoles, Hezbolá ha declarado que ignorará el reciente plan de desarme propuesto por el gobierno de Líbano, asegurando que actuará como si dicha propuesta «no existiese». El grupo ha expresado su preocupación al afirmar que la solicitud del primer ministro, Nawaf Salam, para que el ejército controle el «monopolio de las armas» «responde a los intereses de Israel».
El partido-milicia ha calificado esta acción como un «grave pecado» de parte de las autoridades libanesas, argumentando que el país quedaría indefenso y «sin armas suficientes para resistir al enemigo israelí». «Esta decisión solo sirve a los intereses de Israel y deja a Líbano expuesto y sin capacidad de defenderse», se explicó en un comunicado emitido a través de Al Manar, un canal de televisión afiliado a Hezbolá.
«La decisión del Gobierno responde a las directrices del enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo (Steve Witkoff), y por eso la medida se ha presentado ante el Consejo de Ministros, que ha procedido a su aprobación», indicó el comunicado.
Además, Hezbolá ha acusado al Gobierno de adoptar una política que refleja una «estrategia de derrota», lo que constituye una «clara violación de los fundamentos de la soberanía libanesa». «Estamos abiertos al diálogo, a poner fin a la agresión israelí contra Líbano, a liberar esta tierra y a los prisioneros y trabajar para reconstruir el país de esta brutal agresión», señala el texto.
«Estamos preparados para discutir esta estrategia de seguridad nacional, pero no en el contexto actual», señaló el grupo, añadiendo que cualquier acuerdo con Israel debe ser «respetado». «El Gobierno debe dar prioridad a la idea de introducir medidas que permitan liberar todos los territorios libaneses frente a la ocupación israelí», concluyó el comunicado.
El anuncio de Nawaf se produjo poco después de que Naim Qasem, líder de Hezbolá, instara al Gobierno a tomar medidas para asegurar la defensa del país ante una posible nueva ofensiva israelí en el contexto del debate sobre el desarme.