El Gobierno indio ha descrito como «incidente terrorista atroz» el suceso del lunes próximo al Fuerte Rojo en Nueva Delhi, que resultó en la muerte de al menos trece personas. Este acto ha sido atribuido a «fuerzas antinacionales», aunque no se ha precisado la identidad de los responsables.
Tras una reunión presidida por el primer ministro Narendra Modi, se emitió un comunicado oficial lamentando profundamente las vidas perdidas y calificando el evento de «acto vil y cobarde». El comunicado también reafirmó el «compromiso inamovible» de la nación con una política de «tolerancia cero hacia el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones».
El Gobierno elogió la respuesta de las fuerzas de seguridad y de los ciudadanos que mostraron valor en esos momentos críticos y aseguró que las investigaciones están en curso para llevar a los culpables ante la justicia lo antes posible. Modi, por su parte, aseguró que los «conspiradores» no evadirán su castigo y que se hará justicia.
Este incidente es el más grave desde el ataque en abril en Cachemira, que provocó la muerte de 26 civiles y tensiones con Pakistán. La explosión se produjo cerca de una estación de metro, en una zona con alta afluencia de personas y gran relevancia turística debido a la proximidad al Fuerte Rojo.











