La Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, ha reiterado este lunes la importancia de emplear activos rusos congelados en Europa como préstamo para respaldar a Ucrania en los próximos años. Según ella, esta acción fortalecería tanto la posición de Kiev como la de Europa en las negociaciones de paz lideradas por Estados Unidos.
Ante las preocupaciones del primer ministro belga, Bart de Wever, quien en una reciente carta expresó que tal medida «violaría» el Derecho internacional y podría interferir en los esfuerzos de paz, Kallas defendió que es el enfoque más adecuado para apoyar a Kiev y «refuerza la capacidad de la presión europea sobre Rusia».
«Refuerza la posición europea frente a Moscú. Eso está claro, así que tenemos que avanzar en este asunto», declaró durante una conferencia de prensa al finalizar la reunión de ministros de Defensa de la UE en Bruselas, donde se discutió cómo mantener el apoyo a largo plazo a Kiev.
Kallas también sostuvo que los activos soberanos retenidos deben servir como «base» para las reparaciones de guerra a Ucrania, enfatizando que la tarea de la UE debe ser «hacer todo lo posible para apoyar a la víctima y no recompensar al agresor».
Subrayó la necesidad de lograr una paz duradera y no un acuerdo que permita futuros conflictos, resaltando la importancia de encontrar financiación sólida para Ucrania, que calcula necesitar 70.000 millones de euros para sostener su ejército, incluso con un posible alto el fuego.
Estas declaraciones ocurren en un contexto donde varios Estados miembros apoyan la utilización de los activos congelados, mientras que Bélgica y otros países mantienen reservas legales y éticas sobre la medida.
UCRANIA NO DEBE HACER MÁS CESIONES PARA LOGRAR LA PAZ
Durante un periodo crítico donde el enviado de Estados Unidos, Steve Witkoff, se dirige a Moscú para dialogar con Vladimir Putin, Kallas enfatizó que Ucrania no debería ceder más para alcanzar la paz, señalando que las concesiones comprometerían la «seguridad global».
La ex primera ministra de Estonia expresó su preocupación de que la presión recaiga en la parte más débil, sugiriendo que esto podría terminar la guerra de manera precipitada con la rendición de Ucrania, lo que a su vez perjudicaría los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas que protegen la integridad territorial y la soberanía de los estados.











