La directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, ha reiterado este martes la urgencia de intensificar las actuaciones para hacer frente a “las complejas dinámicas migratorias” en Libia, durante una visita oficial al país norteafricano, considerado uno de los principales puntos de salida hacia Europa en la denominada ruta del Mediterráneo central.
Pope permanecerá en Libia hasta el 19 de diciembre en el marco de la labor de la OIM para colaborar con las autoridades nacionales y actores locales con el fin de abordar la situación sobre el terreno y reforzar la lucha contra las redes de tráfico de personas. En este contexto, ha recalcado que “cada vida perdida en esta ruta es una tragedia, y es una tragedia que se puede evitar”.
“Las personas en movimiento merecen protección, dignidad y esperanza, no peligro”, ha señalado. “Salvar vidas requiere responsabilidad compartida y cooperación auténtica. La OIM está dispuesta a colaborar con las autoridades libias y sus socios para reducir los riesgos, proteger los derechos y garantizar que la migración se gestione priorizando a las personas”, ha añadido.
La organización ha remarcado asimismo su determinación de profundizar en la cooperación operativa y de sostener en el tiempo su apoyo para salvar vidas en esta peligrosa ruta. En esta línea, ha destacado que el respaldo continuado de los donantes y de otros actores, coordinado estrechamente con las autoridades reconocidas internacionalmente, resulta esencial para alcanzar este objetivo.
Desde hace años, el territorio libio se ha consolidado como uno de los principales puntos de partida de migrantes en situación irregular que tratan de llegar a Europa, con Italia como destino prioritario. La OIM recordó en noviembre que, en lo que va de año, más de mil migrantes han perdido la vida intentando alcanzar las costas europeas por esta ruta, y subrayó la “urgente necesidad” de reforzar la cooperación regional y “expandir los caminos seguros y regulares para la migración”.