El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido este viernes de que los progresos contra el hambre en la Franja de Gaza son “frágiles”, después de que la última Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) haya concluido que no existe hambruna en el enclave. Al mismo tiempo, ha lamentado “la magnitud del sufrimiento humano” derivado de la crisis humanitaria causada por la ofensiva de Israel.
“Hoy, el mundo ha recibido el último informe de la IPC sobre seguridad alimentaria en Gaza. La hambruna se ha evitado. Hay más gente capaz de acceder a la comida que necesita para sobrevivir. Estamos preparando más de 1,5 millones de comidas calientes al día y entregando paquetes de asistencia alimentaria en Gaza”, ha señalado, aludiendo al acuerdo alcanzado en octubre entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) para poner en marcha la primera fase de la propuesta de Estados Unidos para la Franja.
Guterres ha indicado además que “el agua potable llega a más comunidades” y que “algunas instalaciones médicas han reabierto”, antes de remarcar que “frente a las brutales tormentas invernales, se ha actuado inmediatamente para entregar tiendas de campaña, mantas, ropa y otro apoyo”, algo que, a su juicio, “es una muestra del trabajo duro de los trabajadores humanitarios y los Estados miembros”.
No obstante, ha recalcado que “sin embargo, los avances son frágiles, peligrosamente frágiles”, y ha precisado que “1,6 millones de personas en Gaza, más del 75 por ciento de la población, están proyectadas para sufrir niveles extremos de inseguridad alimentaria aguda y riesgos críticos de desnutrición”, de acuerdo con los mismos datos del IPC difundidos este viernes.
“Me rompe el corazón ver la magnitud del sufrimiento humano en Gaza. Las familias están soportando lo insoportable. Los niños se ven obligados a dormir en tiendas de campaña inundadas. Los edificios, ya destrozados por los bombardeos, se derrumban bajo el peso de la lluvia y el viento, cobrándose más vidas civiles”, ha manifestado, describiendo un escenario de devastación generalizada.
En esta línea, ha subrayado que “los servicios de agua y saneamiento, los hospitales y las panaderías luchan por recuperarse de la destrucción, la escasez de suministros y las continuas restricciones sobre la entrada (de estos bienes)”, obstáculos impuestos por Israel y cuestionados reiteradamente por buena parte de la comunidad internacional.
“En más de la mitad de Gaza, donde las tropas israelíes permanecen desplegadas, tierras de cultivo y barrios enteros están fuera del alcance (de la población). Los ataques y las hostilidades continúan, lo que aumenta aún más el número de víctimas civiles de esta guerra y expone a nuestros equipos a un grave peligro”, ha denunciado, aludiendo a las operaciones israelíes en el enclave pese al alto el fuego en vigor desde el 10 de octubre.
“Desde octubre, hemos hecho todo lo posible para mantener abiertas las vías de acceso”, ha indicado el jefe de la ONU, quien ha reiterado que “las necesidades crecen más rápido de lo que puede entrar la ayuda”. “Necesitamos un alto el fuego verdaderamente duradero. Necesitamos más pasos fronterizos, la retirada de restricciones a bienes críticos, la retirada de restricciones, rutas seguras en Gaza, fondos sostenidos y acceso sin obstáculos, también para las ONG”, ha reclamado.
“RÁPIDO DETERIORO” DE LA SITUACIÓN EN CISJORDANIA
Paralelamente, ha instado a “no perder de vista el rápido deterioro de la situación en Cisjordania, donde los palestinos hacen frente a un aumento de la violencia por parte de los colonos, las incautaciones de tierras, las demoliciones y crecientes restricciones de movimiento”. “Decenas de miles de personas se han visto desplazadas por las operaciones de las fuerzas israelíes en el norte de Cisjordania”, ha recordado.
“El Derecho Internacional (...) debe ser respetado en los Territorios Ocupados Palestinos, incluido Jerusalén Este”, ha enfatizado, rememorando que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) “emitió medidas provisionales” sobre las actuaciones israelíes, entre ellas la obligación de permitir y facilitar la llegada de ayuda y de respetar la inmunidad y los privilegios de la ONU.
“Son vinculantes y deben ser aplicadas”, ha afirmado Guterres, que ha reiterado su respaldo a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) frente a las últimas medidas de Israel contra el organismo. “La UNRWA juega un papel indispensable a la hora de servir al pueblo palestino, tanto en Gaza como en otros lugares de la región”, ha indicado.
En este contexto, ha insistido en que “esta es una crisis nacida de las decisiones humanas”. “Puede ser resuelta a través de elecciones humanas, si hay voluntad política para actuar. El sufrimiento perverso y prolongado debe terminar. Los palestinos necesitan un horizonte de esperanza”, ha defendido.
“El alto el fuego debe implementarse plenamente. El ciclo interminable de violencia debe romperse y debe allanarse el camino hacia una solución irreversible de dos Estados”, ha concluido Guterres, en alusión a la fórmula respaldada por la comunidad internacional —y rechazada por Israel— para constituir un Estado palestino en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital.