El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha advertido este martes de que la crisis alimentaria en Afganistán se está intensificando a medida que disminuye la ayuda humanitaria por los recortes en la financiación global, lo que deja a más de 17 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria de cara al invierno.
En su comunicado, el PMA ha subrayado la "gravedad" de una coyuntura que "sigue empeorando" y ha señalado que los datos difundidos este mismo martes por la última Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por su siglas en inglés) para Afganistán indican que tres millones de personas se enfrentan a hambre aguda (fase 3 de un total de 5).
Según el organismo, esto representa un incremento muy relevante frente a los 13,8 millones de personas que se encontraban en esta categoría el año pasado. "Se espera que la desnutrición infantil siga aumentando y afectando a casi cuatro millones de niños durante el próximo año. Con unos datos que reflejan el nivel más alto de desnutrición infantil en décadas y una creciente reducción de la financiación, el acceso ha tratamiento está disminuyendo significativamente", recoge el texto.
"Esto hace que muchos niños desnutridos estén en peligro. Al carecer de tratamiento, algunos pueden correr el riesgo de morirse ante el fuerte y duro invierno, cuando la comida escatime. Todos los indicadores apuntan a un invierno brutal para las familias más vulnerables de Afganistán", ha señalado el organismo de la ONU.
La crisis se agrava y se multiplican las amenazas
El director del PMA en Afganistán, John Aylieff, ha recordado que "se ha estado alertando durante meses de que existen claras señales de que la crisis humanitaria está empeorando en el país, con unos datos que confirman los peores miedos". "Nuestros equipos están observando cómo muchas familias se saltan comidas durante días y toman medidas extremas para sobrevivir. Las muertes de niños están aumentando y existe el riesgo de que esto empeore y sea peor durante los próximos meses", ha lamentado.
Ha detallado que "Afganistán se prepara para un invierno duro a medida que convergen múltiples crisis. La sequía ha afectado a medio país y ha destruido los cultivos. La pérdida de empleos y el debilitamiento de la economía ha erosionado los medios de vida de la población, a los que se suman los terremotos".
Aylieff ha añadido que a este escenario se suma el "regreso forzoso desde Pakistán e Irán de 2,5 millones de afganos" desde comienzos de este año, muchos de los cuales llegan al país" desnutridos".
Mientras la emergencia humanitaria se profundiza, la ayuda que entra en Afganistán se reduce, lo que "deja a millones de personas sin el apoyo necesario que estaba ayudando a la población a hacer frente al hambre y la desnutrición". "Necesitamos que llevar esta crisis de vuelta a los titulares para que los más vulnerables reciban la atención que necesitan", ha declarado.
En esta línea, ha pedido "defender al pueblo afgano, que depende de la ayuda vital para sobrevivir". Ha recalcado que "esta es la primera vez en décadas en que no podemos lanzar una respuesta significativa frente al invierno" y ha cifrado en 468 millones de dólares (unos 397 millones de euros) los fondos necesarios "para ofrecer ayuda a seis millones de personas en Afganistán".
Acción contra el Hambre alerta del impacto en la infancia
La ONG Acción contra el Hambre ha avisado de que 3,7 millones de menores, en su mayoría niños y niñas por debajo de los cinco años, se ven golpeados por esta situación, lo que implica un aumento de 200.000 respecto al ejercicio anterior. "Una de las principales razones es la pobreza", ha afirmado la organización en un comunicado emitido con motivo de la publicación del IPC para Afganistán.
El análisis refleja que casi un 80 por ciento de los hogares "no pueden permitirse alimentos nutritivos para sus hijos", según el documento, que también subraya que el acceso a la sanidad "también es un problema". "La falta de instalaciones sanitarias, las restricciones a la movilidad de las mujeres y, en especial, a las trabajadoras sanitarias, hacen que muchas personas no puedan acceder a la atención sanitaria que necesitan", ha sostenido.
La ONG ha recalcado que "el acceso ha empeorado aún más debido a los recortes de financiación a gran escala que han provocado el cierre de al menos 305 centros de nutrición en Afganistán este año. Los recortes de financiación han afectado directamente a una unidad de alimentación terapéutica de Acción contra el Hambre en Kabul, que trata a más de mil niños con desnutrición aguda grave con complicaciones cada año".
Debido a los recortes repentinos en los fondos, esta unidad se vio obligada a interrumpir su actividad durante un mes, hasta conseguir una fuente de financiación alternativa, tal y como ha explicado la organización.
"Además de la pobreza y la falta de acceso a la atención sanitaria, Afganistán se sigue enfrentando a nuevas crisis que dificultan aún más la prevención y el tratamiento de la desnutrición", matiza Acción contra el Hambre, que ha insistido en que existe un riesgo creciente de que las "tensiones fronterizas persistentes se desborden y causen más dificultades a la población afgana".