La Unión Europea parte ya de la hipótesis de que Ucrania se verá finalmente forzada a desistir de su aspiración de entrar en la OTAN en el contexto de unas futuras conversaciones de paz para frenar la ofensiva rusa, y por ello se ha marcado como prioridad diseñar un sistema de garantías de seguridad que proteja a Kiev de forma duradera.
“Los ministros dejaron claro que cualquier acuerdo de paz debe incluir sólidas garantías de seguridad. Dado que se ha presionado a Ucrania para que renuncie a la OTAN, esta será la única salvaguarda capaz de impedir que Rusia vuelva a invadirla”, ha señalado la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, en rueda de prensa al término de la reunión de Exteriores de los 27.
En esta línea, Kallas ha recalcado que la Unión Europea “hará su parte”, contemplando aspectos como el adiestramiento de las Fuerzas Armadas ucranianas y medidas de disuasión ante el riesgo de que Moscú mantenga o retome su ofensiva en el Donbás y en el conjunto del territorio ucraniano.
“Si aceptan renunciar a ello, primero necesitamos que todos los Estados miembros y todos los países, incluidos los estadounidenses, les ofrezcan garantías de seguridad muy fuertes y tangibles, no solo sobre el papel, sino realmente concretas”, ha subrayado la jefe de la diplomacia europea sobre una cuestión que ya se discute en las conversaciones de paz y que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se muestra dispuesto a considerar para facilitar el fin de la guerra.
Según Kallas, corresponde al dirigente ucraniano “decidir a qué están dispuestos a renunciar para lograr la paz”, mientras que la UE debe precisar qué tipo de respaldo en materia de seguridad ofrecerá a Ucrania, incluyendo el volumen de tropas, capacidades militares y otros recursos que integrarán esas garantías. “Eso es lo único que realmente puede funcionar, tiene que ir de la mano de garantías de seguridad extremadamente sólidas”, ha reconocido.
Fuentes comunitarias apuntan a que ya hay trabajos avanzados para concretar el paquete de medidas que asegure la protección de Ucrania una vez se alcance un eventual acuerdo de paz, un proceso en el que también participa la OTAN y en el que están implicados altos responsables políticos y militares.
PRESIÓN SOBRE RUSIA CON EL USO DE ACTIVOS
En su comparecencia ante los medios, la Alta Representante ha reiterado que la presión “debe recaer sobre el agresor, no sobre la víctima”, por lo que ha defendido que en las negociaciones se incremente la presión sobre Moscú para que asuma responsabilidades.
“Una vez más, no vemos que esté acudiendo a la mesa de negociación ni negociando de verdad”, ha indicado, después de una reunión en la que los ministros europeos tenían previsto abordar la evolución de las conversaciones con los enviados estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner, aunque la llamada se ha cancelado finalmente por problemas técnicos.
En relación con la propuesta de conceder un préstamo a Ucrania empleando los activos rusos congelados en territorio europeo, Kallas ha insistido en que se trata de una “opción viable” basada en el principio de que quien “causa el daño también debe compensarlo”. “Como Rusia está causando el daño a Ucrania, se fundamenta en sus activos congelados, y es la mejor opción que tenemos en este momento”, ha resumido.
Aunque ha admitido las reservas expresadas por Bélgica, la responsable de Exteriores de la UE ha señalado que “todos en la mesa entienden esas preocupaciones y están dispuestos a compartir esas cargas”. La política báltica ha explicado que, si los 27 dan luz verde a la operación, “se aliviaría la presión sobre Bélgica” y los Estados miembros asumirán de forma conjunta el riesgo asociado.
“Espero que logremos resultados el jueves. Soy optimista por naturaleza, pero también veo lo difícil que es, así que no quiero dar ninguna estimación”, ha admitido sobre la cumbre de líderes del 18 y 19 de diciembre, en la que se pretende cerrar un acuerdo para utilizar los bienes rusos congelados como respaldo a un préstamo en favor de Ucrania.
Italia, Malta, Bulgaria y República Checa se han sumado a las dudas planteadas por Bélgica, país que alberga la sede de Euroclear —la entidad que mantiene inmovilizada la mayor parte de los activos rusos en Europa—, lo que complica aún más el debate entre jefes de Estado y de Gobierno, pese a que en Bruselas reconocen que apenas existen alternativas reales al mecanismo de préstamo para la reparación de los daños en Ucrania.