Los líderes de la Unión Europea han trasladado este miércoles a sus socios de los Balcanes que la incorporación al club comunitario es “una posibilidad realista que debe aprovecharse”, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, que ha reactivado la mirada geoestratégica de la Unión hacia su vecindad inmediata.
La declaración adoptada en la cumbre celebrada en Bruselas, concebida como antesala de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, recalca el “compromiso pleno e inequívoco” con la perspectiva de ingreso en la Unión de los países balcánicos. “El futuro de los Balcanes está en nuestra Unión. La ampliación es una posibilidad realista que debe aprovecharse”, han remarcado los mandatarios europeos y de la región.
El documento lo respaldan todos los participantes salvo Serbia, ausente en la cita de Bruselas. En el texto, los dirigentes europeos y balcánicos ponen en valor el “nuevo dinamismo y los avances logrados” en el camino hacia la UE y sostienen que “la aceleración del proceso de adhesión redunda en el interés mutuo”.
“La ampliación es una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad. La urgencia de nuestro tiempo exige un impulso sostenido”, subraya la declaración, que reclama a los países de los Balcanes redoblar las reformas internas y a la Unión reforzar su propia preparación para la ampliación.
Presión geopolítica y reformas ante la interferencia rusa
En la antesala de la cumbre, el canciller austriaco, Christian Stocker, ha recalcado la importancia para la UE de garantizar “una situación estable en los Balcanes”. “Se trata de nuestro vecindario inmediato”, ha enfatizado, insistiendo en que la Unión debe llenar “el hueco” geopolítico en la región antes de que lo hagan otros actores.
A su juicio, Montenegro es el candidato con mejores opciones de convertirse pronto en miembro de la UE junto con Albania. “Soy partidario de no olvidar a los demás países candidatos, porque la inclusión es mejor que la exclusión”, ha señalado ante los medios.
El primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic, ha reclamado avanzar con el conjunto de los Balcanes en el proceso de adhesión y no circunscribir los progresos a Ucrania o Moldavia. “Estamos ahora en una fase en la que no diría que se haya producido un cambio completo de paradigma, pero sí que es posible mirar las cosas de una manera algo diferente a como se hacía antes”, ha explicado, advirtiendo de que “no tendría lógica desde el punto de vista geopolítico” que algunos aspirantes “aceleren” mientras otros continúan “paso a paso”.
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha defendido que la ampliación de la Unión Europea “es lo mejor que puede hacer” para su propia estabilidad y posición geopolítica, e instado a convencer a la opinión pública europea de la necesidad de que la Unión se extienda hacia los Balcanes.
No obstante, Metsola ha avisado de que “lo que hoy funciona para 27 no funciona para 32, 33 o 34”, por lo que ve imprescindibles cambios en el sistema de toma de decisiones, en la configuración de los presupuestos comunitarios y en los mecanismos para salvaguardar la estabilidad política interna.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha vuelto a desmarcarse del tono general al recalcar que el socio determinante en la zona es Serbia, criticando el trato que, a su juicio, le dispensa Bruselas y reclamando que la UE priorice la entrada de Belgrado. “Sin Serbia, no se puede hacer nada. Y lo que está ocurriendo aquí, me refiero al trato y comportamiento hacia Serbia, es vergonzoso”, ha afirmado.
Rusia, Serbia y la pugna por la estabilidad regional
Desde el lado balcánico, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, ha sostenido que el avance de Kosovo hacia la UE “significará que Rusia fracasa en sus planes en los Balcanes”, acusando a Serbia de actuar como ‘proxy’ del Kremlin para desestabilizar la zona.
“Es muy importante no permitir que se implementen los planes de Rusia en los Balcanes y cuanto más rápido avancemos hacia la UE, más significará que Rusia fracasa en sus planes”, ha subrayado Osmani, alertando de que Moscú aspira a que la guerra en Ucrania tenga un “efecto de desbordamiento” en los Balcanes. Según ha denunciado, Rusia ha triplicado “la cantidad de dinero que destinan a propaganda y desinformación” y “lamentablemente utiliza a Serbia como intermediario”.
En relación con Belgrado, ha sostenido que la Unión Europea “no debe abrir sus puertas a miembros que no se alineen”. “Estamos a favor de que toda la región avance, pero basándonos en méritos, en que cada país cumpla con sus responsabilidades”, ha apuntado, opinando que Serbia “perjudicaría” a la UE en lugar de reforzar el proyecto común.
La cumbre entre la UE y los Balcanes tiene lugar en un contexto de bloqueo en el proceso de adhesión de Kosovo, Estado cuya independencia de Serbia aún no reconocen España, Grecia, Chipre, Rumanía y Eslovaquia. Además, Pristina fue objeto en 2023 de sanciones financieras y diplomáticas por parte de la Comisión Europea por su falta de implicación en las conversaciones para normalizar las relaciones con Belgrado.
En el extremo opuesto se sitúa Montenegro, el país más avanzado en el recorrido hacia la adhesión, cuyo presidente, Jakov Milatovic, ha reiterado el objetivo de integrarse en la UE en 2028. Con vistas al próximo año, Montenegro confía en que la Unión inicie la redacción del tratado de adhesión, “un paso muy importante hacia la membresía final y plenamente desarrollada en la UE”.