Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se han comprometido este jueves en Bruselas a cerrar una fórmula de financiación que permita sostener a Ucrania durante los próximos dos años, mientras persisten las discrepancias sobre el uso de la liquidez generada por los activos rusos inmovilizados por sanciones comunitarias para un posible “préstamo de reparación” de 90.000 millones de euros a Kiev.
“Tenemos una elección simple: o dinero hoy o sangre mañana. Y no estoy hablando solo de Ucrania. Estoy hablando de Europa”, ha subrayado el primer ministro polaco, Donald Tusk, a su llegada a la cumbre, remarcando que los dirigentes europeos deben estar “a la altura del momento”.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha advertido de que la reunión se prolongará lo que sea necesario hasta lograr el visto bueno al paquete económico para Ucrania. “No abandonaremos este Consejo sin una decisión final y nunca aprobaremos una solución que no garantice toda la seguridad para Bélgica”, ha enfatizado.
El foco recae en Bélgica, que alberga la sede de Euroclear —la entidad depositaria que concentra la mayoría de los activos afectados— y que mantiene sus reservas ante el plan, alegando los riesgos que asumiría frente a eventuales reclamaciones de Rusia. La propuesta actual incorpora un mecanismo de liquidez para que tanto los Estados miembro como las instituciones financieras puedan responder con rapidez a posibles demandas rusas, pero el Ejecutivo belga insiste en analizar alternativas “más seguras y transparentes” y reclama reabrir la vía de emitir deuda conjunta para canalizar el préstamo a Ucrania.
Justo antes de iniciarse la cumbre, el primer ministro belga, Bart de Wever, ha afirmado ante el Parlamento que “ningún texto” que ha examinado hasta ahora le convence para “cambiar la postura de Bélgica”. “Espero verlo hoy, pero hasta ahora no ha llegado”, ha señalado, reiterando que la opción preferente para su Gobierno es sufragar la ayuda mediante eurobonos con el presupuesto comunitario como garantía.
Presión para enviar una señal de firmeza a Moscú
El canciller alemán, Friedrich Merz, uno de los principales defensores de recurrir a los bienes rusos congelados, ha recalcado que no existe “mejor opción” y se ha mostrado confiado en lograr un acuerdo al término de la cumbre en la capital comunitaria, pese a las reticencias que mantiene Bélgica.
“Espero que podamos despejarlas juntos, y que también podamos emprender juntos un camino para que la UE dé una señal de fortaleza y determinación frente a Rusia”, ha indicado Merz a su llegada al Consejo Europeo.
Para el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, la prioridad es que la reunión concluya con una decisión concreta sobre el préstamo de reparación. “Esta decisión lleva mucho tiempo pendiente y es muy importante”, ha defendido, subrayando que “nadie puede proporcionar apoyo financiero en una cantidad semejante como Europa”.
Su homólogo irlandés, Micheal Martin, ha reclamado un pacto que garantice estabilidad financiera a Ucrania. “Es importante que Europa tenga hoy cohesión y unidad en esta cuestión”, ha apuntado, destacando que “hay un fuerte impulso para alcanzar un acuerdo sobre los activos inmovilizados”.
En la misma línea, la primera ministra de Letonia, Evika Silina, ha considerado que “la mejor opción, sin duda, es utilizar los activos congelados. Claro que también hay otras opciones, pero creo que es muy importante para Europa demostrar determinación y que pueda decidir qué es lo que quiere hacer respecto a Ucrania”, ha manifestado antes del inicio de la cita.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha urgido a sus socios a “tomar decisiones” sobre los activos rusos congelados, insistiendo en que la Unión Europea debe “caminar unida” en su respuesta frente a Rusia.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha defendido que los líderes deben cerrar ya los fondos necesarios para que Kiev pueda sostener su esfuerzo militar durante los próximos dos años. “Tenemos que encontrar una solución hoy”, ha avisado, asegurando que comprende la posición de Bélgica y garantizando que el riesgo “será compartido por todos”.
La Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, ha reiterado que utilizar los activos rusos inmovilizados en territorio comunitario es “la opción más viable” para ayudar a Kiev, y ha valorado las conversaciones con Bélgica para avanzar “y disipar sus preocupaciones”. “Espero que logremos llevar esto hasta la línea de meta”, ha señalado, advirtiendo de que el presidente ruso, Vladimir Putin, “quiere ver fracasar” esta iniciativa.
El contrapunto lo ha marcado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha llegado a la cumbre cuestionando de plano la continuidad del apoyo financiero a Ucrania y asegurando que la propuesta de usar los activos rusos “está muerta”. “No me gustaría ver una Unión Europea que esté en guerra. Dar dinero significa guerra”, ha afirmado, sosteniendo que el préstamo respaldado en los activos rusos congelados “está descartado” por falta de respaldo y “es un callejón sin salida”.