Un grupo de miembros del Ejército de Benín ha comunicado este domingo a través de la televisión pública el supuesto derrocamiento del presidente Patrice Talon y la puesta en marcha de una junta castrense encabezada por el teniente coronel Pascal Tigri. Por el momento, las autoridades civiles no han ofrecido una versión oficial, mientras circulan informaciones contradictorias sobre el alcance real de este levantamiento.
En un mensaje leído en la cadena ORTB, un militar ha explicado que los sublevados han constituido el Comité Militar para la Refundación (CMR), bajo el mando de Tigri, y han proclamado el cese de Talon, el cierre de todas las fronteras y la disolución de la actual Constitución. “Talon ha sido cesado de sus funciones. Pascal es nombrado presidente del CMR”, ha dicho.
En la misma alocución, el portavoz ha reivindicado el papel de las Fuerzas Armadas en la salvaguarda “de la paz y la tranquilidad” y ha enviado un mensaje a los socios externos, asegurando que Benín “respetará los acuerdos internacionales y los Derechos Humanos”. “El Ejército se compromete solemnemente a dar al pueblo beninés la esperanza de un amanecer realmente nuevo en el que reine la fraternidad, la justicia y el trabajo, símbolo de nuestra unidad nacional”, ha zanjado.
El anuncio se ha producido después de que un grupo de militares irrumpiera en las instalaciones de la televisión estatal. Poco antes, la Embajada de Francia en Cotonú había alertado en su cuenta de Facebook de “disparos” en Camp Guezo, en las proximidades de la residencia oficial de Talon.
“Por razones de seguridad, les aconsejamos permanecer en casa hasta nuevo aviso y durante el tiempo necesario hasta que se aclare totalmente la situación. Recomendamos que siga regularmente la información y se mantenga atento a los comunicados oficiales en las próximas horas”, ha manifestado la legación.
De acuerdo con informaciones recogidas por el diario beninés ‘La Nouvelle Tribune’, las autoridades de Porto Novo habrían logrado retomar el control y frenar el avance de los golpistas. Según el portal 24 heures au Benin, la Guardia Nacional habría cercado ya el edificio de la televisión pública con el objetivo de abrir un canal de diálogo con los militares amotinados y dar por concluida la asonada.
Talon, de 67 años, tiene previsto dejar la jefatura del Estado tras las presidenciales de abril de 2026, fecha en la que completará su segundo mandato. El dirigente, un empresario apodado ‘el rey del algodón’, ha reiterado que no intentará optar a un tercer mandato, una posibilidad vetada por la Constitución de Benín.
“He llegado al límite de mis esfuerzos, mi imaginación y mi reflexión. He obrado con buena fe, aunque a menudo me he equivocado. Como no soy Dios, pido a los benineses que me perdonen y crean en nuestro destino común”, dijo en agosto durante su anuncio, coincidiendo con el 65 aniversario de la independencia del país respecto de Francia, un país que ha proporcionado también un apoyo esencial al mandatario.
La intentona golpista en Benín se produce apenas una semana después del derrocamiento del presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, en una asonada desencadenada tras las últimas elecciones generales, en las que tanto el jefe del Estado como el principal aspirante opositor, Fernando Dias da Costa, se habían proclamado vencedores. La nueva junta en Guinea Bissau ha paralizado el recuento y ha anunciado un periodo de transición.
En los últimos cinco años, África occidental ha vivido una sucesión de golpes de Estado y pronunciamientos militares, con dos rupturas institucionales en Malí, así como en Burkina Faso, Guinea y Níger, además del citado caso de Guinea Bissau y el derrocamiento de Andry Rajoelina en Madagascar. Esta dinámica ha alimentado el temor a una propagación de los alzamientos en la región, en un contexto de cuestionamiento de las alianzas tradicionales y de críticas crecientes a los sistemas políticos surgidos tras las independencias.











