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Muere la actriz francesa Brigitte Bardot a los 91 años, icono del cine y activista política

Brigitte Bardot, una de las figuras más influyentes de la cultura popular europea del siglo XX, ha muerto en París a los 91 años, según informa la agencia EFE. Transformó su fama mundial como actriz en una de las voces más polémicas del debate político y social francés de las últimas décadas

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Muere la actriz francesa Brigitte Bardot a los 91 años

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Del icono progresista a la figura política incómoda

Ícono del cine, símbolo sexual de una época y referente global del animalismo, Bardot protagonizó una trayectoria pública marcada por la ruptura constante con los consensos dominantes.

Convertida en mito tras su irrupción en el cine de los años cincuenta y sesenta, Bardot abandonó prematuramente la interpretación para dedicarse por completo a la defensa de los derechos de los animales. 

En 1986 creó la Fundación Brigitte Bardot, que se convirtió en una de las fundaciones animalistas más visibles y con más proyección mediática en Francia y Europa, con campañas internacionales contra la tauromaquia, la caza, el uso de pieles y determinadas prácticas religiosas vinculadas al sacrificio animal.

Con el paso de los años, Bardot fue desplazándose hacia posiciones cada vez más alejadas del consenso progresista francés. 

Cercanía al Frente Nacional

Sus declaraciones sobre inmigración, islam y multiculturalismo le valieron varias condenas judiciales por incitación al odio racial, así como una ruptura abierta con buena parte del mundo cultural que la había celebrado en su juventud.

Su cercanía ideológica a sectores de la derecha nacionalista, incluido su simpatía y respaldo público en distintos momentos a figuras vinculadas al Frente Nacional, consolidó su figura como un referente político incómodo para un mundo cultural francés tendente a lo progresista.

Influencia política más allá del cine

A diferencia de otras celebridades reconvertidas en activistas, Bardot no buscó suavizar su discurso para preservar su legado, convirtiéndose en un caso paradigmático de choque entre libertad de expresión, corrección política y activismo identitario en Francia.

Su figura fue recurrentemente utilizada en el debate público francés como ejemplo de la fractura cultural del país: una mujer idolatrada por su pasado artístico y rechazada y reivindicada por sus posiciones políticas.

Una filmografía clave en el cine europeo 

Brigitte Bardot se convirtió en un fenómeno internacional a partir de su trabajo en el cine francés de los años cincuenta y sesenta, en una etapa marcada por la renovación estética y moral del cine europeo. 

Su consagración llegó con Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por Roger Vadim, una película que rompió tabúes sobre la representación del deseo femenino y la situó como símbolo de una nueva libertad cultural en la posguerra.

A lo largo de su carrera trabajó con algunos de los grandes nombres del cine europeo, como Jean-Luc Godard en El desprecio (1963), una obra fundamental de la Nouvelle Vague que consolidó su prestigio artístico más allá de su imagen mediática. 

También destacó en títulos como La verdad (1960), de Henri-Georges Clouzot, donde ofreció una de sus interpretaciones más dramáticas y reconocidas por la crítica.

Bardot participó en más de 40 películas y compartió pantalla con figuras clave del cine europeo, combinando comedia, drama y cine de autor. Se retiró definitivamente del cine en 1973, en pleno reconocimiento internacional, una decisión poco habitual que reforzó su aura de independencia personal y artística.