La Misión de Observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) desplazada a Honduras para supervisar las elecciones presidenciales ha comunicado este lunes la existencia de “demoras y deficiencias técnicas” durante el desarrollo del proceso, aunque sin encontrar “dolo” ni “manipulación”.
El jefe de la misión electoral, Eladio Loizaga, ha detallado ante el Consejo Permanente de la OEA que “han constatado demoras en la gestión del material electoral durante su repliegue y una marcada falta de pericia en el diseño, desarrollo y ejecución de las soluciones tecnológicas para el procesamiento adecuado de los resultados electorales”.
No obstante, el diplomático paraguayo ha matizado que “pero no han observado dolo ni manipulación evidente del material electoral ni en los sistemas informáticos que nos hagan dudar de los resultados”.
Loizaga ha recalcado que las actas en papel se encuentran bajo resguardo de las autoridades, por lo que los problemas en los sistemas “no implican por sí mismo una acción fraudulenta”. Ha recordado asimismo que “las autoridades electorales aún están trabajando dentro de los tiempos legales para posteriormente emitir una declaración oficial de resultados” y ha insistido en que existen procedimientos para revisar las actas que presenten inconsistencias.
El responsable de la misión ha llamado además a los dirigentes políticos hondureños a “actuar con responsabilidad y dejar de lado tácticas dilatorias que sabotean el proceso”. A su juicio, “la demora actual en el procesamiento y publicación del resultado no es justificable”, en alusión a los comicios celebrados el pasado 30 de noviembre.
En la misma línea, la misión ha pedido a los organismos electorales “tomar decisiones en forma expedita que permitan agilizar el proceso”. Loizaga ha criticado que “a estas alturas resulta inaceptable culpar al software o a la empresa proveedora. La población necesita y merece certeza de no actuar”.
Avisos sobre la estructura electoral y la narrativa de fraude
Según Loizaga, “la propia estructura partidista de las autoridades electorales (...) explicaría parte de los contratiempos y dificultades que el proceso ha enfrentado”. Ha reprochado tanto al oficialismo como a la oposición “e incluso a las autoridades electorales” la difusión de la “narrativa de fraude”, que, en su opinión, “ha hecho un gran daño a la institucionalidad democrática y al proceso electoral mismo”.
En paralelo, el secretario general de la OEA, Albert Ramdin, ha hecho un llamamiento a los principales actores políticos del país. Ha pedido a los líderes hondureños y, en particular, a los aspirantes a la Presidencia, “a actuar con responsabilidad, preservar la paz y el orden, y contribuir a la estabilidad a medida que el país se acerca al resultado final y a la eventual transición”.
Ramdin ha añadido que “también exhorté a las autoridades electorales a actuar con imparcialidad y a cumplir sus deberes conforme a la legislación nacional, en aras de elecciones libres, justas e independientes”, según ha difundido en su cuenta en X.
De acuerdo con los datos oficiales divulgados hasta el momento, el aspirante ultraderechista Nasry Asfura, del Partido Nacional, suma un 40,52 por ciento de los votos y se sitúa por delante del conservador Salvador Nasralla, del Partido Liberal, que obtiene un 39,20 por ciento, con el 99,4 por ciento del escrutinio completado.