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Reino Unido ve dañada la confianza rusa tras el ataque del dron subacuático ucraniano en Novorosíisk

Londres considera que el ataque del dron subacuático ucraniano en Novorosíisk ha golpeado la moral y la sensación de seguridad de la flota rusa del mar Negro.

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Reino Unido ve dañada la confianza rusa tras el ataque del dron subacuático ucraniano en Novorosíisk

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La Inteligencia militar de Reino Unido sostiene que el inédito ataque ejecutado a comienzos de semana por un dron subacuático ucraniano contra un submarino ruso en el puerto de Novorosíisk supone un duro revés para la moral de la flota rusa en el mar Negro, que a partir de ahora queda expuesta a una vulnerabilidad que antes pasaba inadvertida.

El dron sumergible, conocido como 'Sea Baby', fue empleado en la noche del 14 al 15 de diciembre contra un submarino ruso del Proyecto 636, de la clase Varshavyanka (designado como clase Kilo por la OTAN). Según la evaluación británica, lo más probable es que se tratara del B-271 'Kolpino'.

Conforme a la información manejada por el Ministerio de Defensa británico, “el ataque, probablemente, ha causado daños de consideración al submarino”. Como consecuencia, “ya no puede navegar o desplegarse por sí solo”.

Los informes de fuentes abiertas analizados en el parte difundido este sábado por el Ministerio de Defensa británico apuntan a que, al menos hasta el pasado jueves, “el submarino seguía atracado en puerto en la misma posición en que se encontraba en el momento del ataque, y que otros buques rusos se habían dispersado de la Base Naval de Novorosíisk como medida de precaución para mitigar posibles nuevos ataques ucranianos”.

En su valoración final, Reino Unido ha descrito el ataque como “exitoso” porque “consiguió penetró las múltiples capas de defensa” de la base naval y, en términos más amplios, “demuestra categóricamente el rápido desarrollo de la competencia y la capacidad de las fuerzas marítimas ucranianas, en particular utilizando sistemas no tripulados”.

Por este motivo, el Ministerio de Defensa británico considera que “resulta muy probable” que operaciones de este tipo “socaven significativamente la confianza de la cúpula militar rusa en las medidas de protección de la Flota del Mar Negro”.