El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido este lunes de que aplicará un nuevo arancel del cinco por ciento a las importaciones procedentes de México si el país vecino no entrega de forma inmediata “200.000 acres-pies de agua” (246,7 hectómetros cúbicos), al que acusa de vulnerar el Tratado Integral del Agua.
“He autorizado la documentación para imponer un arancel del cinco por ciento a México si no libera esta agua de inmediato. Cuanto más tarde México en liberar el agua, más perjudicados estarán nuestros agricultores. México tiene la obligación de arreglar esto ya”, ha escrito el mandatario en su red social Truth Social, vinculando directamente la amenaza comercial con el suministro hídrico a los productores agrícolas estadounidenses.
Trump ha explicado que, según dicho acuerdo, su país “necesita que México libere 200.000 acres-pies de agua antes del 31 de diciembre, y el resto debe llegar poco después”, en referencia al Tratado Integral del Agua firmado en 1944 y que, de acuerdo con su versión, las autoridades mexicanas “siguen violando”.
En este contexto, ha denunciado que “esta violación está perjudicando gravemente a nuestros hermosos cultivos y ganado de Texas (…) México no está respondiendo, y eso es muy injusto para nuestros agricultores estadounidenses, que merecen esta agua tan necesaria”, al tiempo que ha insistido en que “México aún debe a Estados Unidos más de 800.000 acres-pies de agua (986,8 hectómetros cúbicos) por incumplir nuestro Tratado durante los últimos cinco años”.
Horas antes de lanzar la amenaza arancelaria, el presidente estadounidense había comparecido junto a los secretarios del Tesoro y de Agricultura, Scott Bessent y Brooke Rollins, para anunciar un paquete de apoyo de 12.000 millones de dólares (más de 10.300 millones de euros) dirigido a los agricultores perjudicados por sus decisiones en materia de aranceles.
Desde la Casa Blanca, Trump defendió que “Estados Unidos se quedará con una pequeña parte de los cientos de miles de millones de dólares que recibimos en aranceles. Estamos ganando mucho dinero gracias a los países que se aprovecharon de nosotros durante años (…) Así que vamos a utilizar ese dinero para proporcionar 12.000 millones de dólares en ayuda económica a los agricultores estadounidenses”, presentando así las nuevas ayudas como una compensación directa financiada con los ingresos arancelarios.










