Diez propuestas han sido seleccionadas para avanzar a la segunda etapa del concurso internacional destinado a reinterpretar el Memorial de Cuelgamuros. Entre 34 proyectos iniciales, estos han sido elegidos por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana tras dos rondas de evaluación.
Los proyectos que continúan en competencia son ‘el abrazodel76’, ‘CARNE Y PIEDRA’, ‘Élan Vital’, ‘caminos de memoria’, ‘sub.onere.terrae’, ‘la base y la cruz’, ‘NUDE ARCHITECTURE’, ‘luz que emerge’, ‘LA FALLA’ y ‘herida.memoria.luz’. Los equipos responsables de estos proyectos tendrán hasta el 31 de octubre para detallar sus propuestas, esperándose que la asignación del proyecto ganador se realice durante 2026 y que el desarrollo de la obra dure aproximadamente dos años. El concurso fue lanzado en abril por el Gobierno, con un presupuesto de licitación estimado en 4,15 millones de euros.
Como parte del material que deben presentar, los finalistas deberán incluir un texto conceptual de dos páginas donde definan su visión del encargo y cómo sus intervenciones físicas tratarán las cuestiones filosóficas y de significado.
CONTRIBUIR A LA COHESIÓN SOCIAL
El jurado valorará especialmente la profundidad conceptual y filosófica de las propuestas, considerando que la resignificación del Valle ‘constituye un reto memorial de primer orden’. Se espera que las propuestas no solo aborden el presente, sino que tengan ‘la capacidad de proyectarse en el tiempo y de contribuir significativamente al debate público y a la cohesión social’.
El pacto con la Santa Sede respecto al antiguo Valle de los Caídos incluye ‘la no desacralización de la basílica, así como el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma’, como la imponente cruz de 150 metros diseñada por Diego Méndez.
Según el acta difundida por Europa Press, el jurado enfatiza que la nueva propuesta arquitectónica ‘no debe ser un fin en si mismo, sino un medio para desarrollar este proyecto cultural de forma sofisticada y contundente’. Además, señala que ‘las propuestas artísticas y resignificativas podrán plantearse, si se estima oportuno, en la nave de la basílica, la cúpula o la cruz’, respetando siempre los límites del pliego de condiciones del concurso.
El jurado también sostiene que la propuesta artística será un ‘elemento central en el proceso de resignificación’ y recomienda ‘descartar soluciones como la enumeración de todos los nombres de las personas allí sepultadas, dado que no es posible identificar’ a todos los fallecidos, estimados en 33.833 en la cripta.
‘Los proyectos deberán enfrentarse de manera crítica, rigurosa e innovadora -dentro de un marco de pedagogía de la memoria democrática- a la historia arquitectónica, política e ideológica del Valle. Esto incluye el diseño y construcción del monumento, su simbolismo franquista, la evolución del enclave como memorial, el uso de mano de obra penada y las empresas beneficiarias, así como el proyecto funerario franquista’, afirma el acta.
El resultado final del concurso se anunciará tras la deliberación de la segunda ronda, cuando se designe al equipo ganador que coordinará el proyecto en sus diversas fases y dirigirá las obras de construcción del centro de interpretación, la restauración y adecuación del conjunto y la implementación museológica.
El jurado espera que el concurso se convierta en una herramienta que utilice ‘el potencial de la arquitectura, el arte y el paisaje para estimular y representar una nueva mirada, capaz de reubicar la historia, la política y las emociones que encierra este lugar en el horizonte contemporáneo de España’. Entre los miembros del jurado destacan David Chipperfield y Fuensanta Nieto, propuestos por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, María Langarita, propuesta por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, y la artista Cristina Iglesias, también propuesta por el Ministerio. Además, el jurado ha contado con el asesoramiento técnico de Francisco Ferrándiz y la representación técnica de la Iglesia Católica por Daniel Alberto Escobar.
El concurso fue convocado con el fin de ‘transformar este conjunto monumental y su entorno inmediato en un lugar de reflexión y diálogo, desde una triple perspectiva: artística, arquitectónica y paisajística’. El jurado subraya que ‘el concurso no debe entenderse como un mecanismo para elegir rápidamente un ganador, sino como una estrategia para representar las contradicciones compartidas de nuestra historia, aceptando que esta historia sigue profundamente anclada en la condición contemporánea’.











