El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha advertido este martes de que Estados Unidos incurriría en un “error muy grande” si optara por impulsar medidas que terminasen provocando la disolución de la Unión Europea. Así lo ha señalado al ser preguntado por la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, donde se alude a “la amenaza real de un declive de la civilización occidental en el continente europeo”.
El dirigente del Partido Popular ha hecho estas declaraciones en una entrevista en “Espejo Público” de “Antena 3”, recogida por Europa Press, en la que ha recordado que, a lo largo del siglo XX, EE.UU. ya intervino en Europa en dos ocasiones “a consecuencia del surgimiento de los populismos nacionalistas en Europa”.
De esta forma ha contestado Aznar al documento del mandatario neoyorquino, en el que se subraya que Europa mantiene una “importancia vital, tanto estratégica como cultural” para Estados Unidos, y donde se remarca que el propósito de Washington “debería ser el de ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual” utilizando como base los “motivos para el optimismo” que detecta, entre ellos el resurgir del sentimiento nacionalista y “la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos”.
La historia como advertencia
Aznar ha lamentado que desde la Casa Blanca “no parecen haber aprendido esa lección” y ha instado a mirar al pasado para evitar repetir fallos: “Hay veces que la historia es una buena maestra, siempre. Y cuanto menos se sabe de historia, más errores se pueden cometer”.
Al mismo tiempo, el expresidente ha admitido que comparte con el líder norteamericano el diagnóstico sobre los retos de la inmigración y la situación demográfica. El texto de Trump sostiene que los problemas se concentran en las “conflictivas políticas migratorias que están transformando el continente, la censura de la libertad de expresión y la supresión de la oposición política, la caída de las tasas de natalidad y, por último, la “pérdida de la identidad nacional”.
En esta línea, Aznar ha remarcado el peso de la demografía y de los flujos migratorios. A su juicio, la primera constituye la “principal fuente de poder” y, al mismo tiempo, el gran desafío de las sociedades occidentales. A renglón seguido, ha añadido que la inmigración actúa como una respuesta “paliativa” pero no puede ser una solución sustitutiva al problema de fondo de la demografía.
Por último, ha defendido la necesidad de que la Unión Europea se articule sobre la base de “estados muy poderosos”. Ha insistido en la relevancia de las naciones como pilar de la construcción europea, de la convivencia y del desarrollo de las “actividades fundamentales”: “La nación es nuestro presente y nuestro futuro y es nuestra historia”.











