El Congreso de los Diputados ha decidido desbloquear la tramitación de la proposición de ley de Junts contra la multirreincidencia, una reforma del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que permanecía congelada desde febrero. La decisión llega apenas unas horas después de que el partido de Carles Puigdemont anunciara un bloqueo a la agenda legislativa del Ejecutivo.
Bloqueada desde febrero
Junts registró la propuesta en abril de 2024 y el Pleno del Congreso la admitió a trámite en septiembre. Sin embargo, el proceso se estancó durante meses, con sucesivas prórrogas del plazo de enmiendas hasta febrero de 2025. Desde entonces, el texto había quedado en un cajón y solo tras el anuncio del “bloqueo legislativo” de Junts, la Mesa de la Comisión ha convocado la ponencia para estudiar las enmiendas a puerta cerrada, que se celebrará el próximo miércoles.
El bloqueo de esta ley era uno de los reproches recurrentes de Puigdemont al PSOE, al que acusaba de incumplir sus compromisos en materia de seguridad y justicia.
Sumar y la izquierda, en contra
La iniciativa, centrada en endurecer las penas y acelerar los procesos contra delincuentes reincidentes, divide al Ejecutivo y a sus aliados parlamentarios. Mientras el PSOE votó a favor de su tramitación, Sumar —socio de coalición— se posicionó en contra, al igual que ERC, Bildu, Podemos y el BNG.
Por el contrario, el texto cuenta con apoyos potenciales en la derecha: PP, Vox, PNV, Coalición Canaria y UPN ya votaron favorablemente a su admisión.
La propuesta, al tener carácter orgánico, necesita mayoría absoluta para prosperar. En el escenario actual, PP, Vox y Junts suman 177 escaños, suficientes para aprobarla incluso sin el respaldo del PSOE.
Nueva fractura en la Legislatura
El gesto del Congreso supone un movimiento político de alto voltaje, en plena tensión entre el Gobierno y Junts. La apertura de esta ponencia puede interpretarse como una concesión técnica a un socio roto o como una maniobra para reactivar el diálogo tras el aviso de Puigdemont.
En cualquier caso, el debate sobre la multirreincidencia se perfila como uno de los puntos más sensibles de la legislatura, en un Parlamento donde las mayorías se recomponen voto a voto.












