El Ministerio de Hacienda ha asegurado que la próxima actualización del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se sitúa en una horquilla de entre 37 y 56 euros mensuales adicionales, se articulará de forma que no suponga un impacto fiscal desproporcionado para el tejido empresarial del país.
El comité de expertos que asesora al Ejecutivo en materia de SMI ha trasladado al Gobierno dos posibles niveles de renta mínima para 2026: uno de 1.221 euros al mes y otro de 1.240 euros. Ambos importes implican incrementos de 37 o 56 euros mensuales respecto a la cuantía vigente, respectivamente.
Según estas recomendaciones, si finalmente se opta por el tramo inferior de 1.221 euros, la propuesta pasa por que ese salario quede exento de tributación. En cambio, si el Gobierno se decanta por el umbral de 1.240 euros, los especialistas plantean que dicha cuantía sí quede sujeta al IRPF.
En términos relativos, los escenarios de incremento planteados suponen alzas del 3,1% en el caso del SMI sin tributación y del 4,7% para el salario que sí tributaría. Estas revisiones salariales están diseñadas para que el SMI alcance, como mínimo, el 60% del salario medio, en línea con lo establecido por la Carta Social Europea.
Fuentes del Ministerio de Hacienda subrayan que el objetivo es permitir que los trabajadores perciban el salario mínimo que se acuerde finalmente, garantizando al mismo tiempo que el ajuste no genere un sobrecoste excesivo para el tejido productivo y se mantenga la competitividad de la economía española y de las compañías del Ibex 35 y del resto del mercado.











