La vicesecretaria nacional del PP, Carmen Fúnez, ha expresado este domingo su “respeto” hacia las afirmaciones del arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, sobre la situación del Gobierno, y ha subrayado que comparte con él “sin ningún género de dudas” que el país lo que necesita “es poner las urnas y que los españoles hablen”, con independencia de la ideología de cada ciudadano.
En una entrevista concedida a La Vanguardia, Argüello ha planteado que la actual coyuntura del Ejecutivo debe afrontarse mediante una “cuestión de confianza, moción de censura o dar la palabra a los ciudadanos. Es decir, lo que prevé la Constitución”.
Cuestionada por estas palabras, antes de asistir a la comida de Navidad del PP de Toledo, en la que ha estado acompañada por el presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, y por el alcalde y presidente provincial del PP, Carlos Velázquez, Fúnez ha criticado que España tenga a un presidente del Gobierno “que no respeta ya la voz de ninguno de los españoles”.
En su opinión, tanto las declaraciones de Argüello como la respuesta que le ha dado el jefe del Ejecutivo —al afirmar que “el tiempo en que los obispos interferían en política acabó cuando llegó la democracia”— “refleja muy bien” el momento que atraviesa el país.
Según Fúnez, “al frente del Gobierno de España no se encuentra un demócrata de centro sino que se encuentra un tipo que entiende el poder como una manera de aferrarse a él ya no para hacer sino para protegerse de los casos de corrupción que le acorralan, tanto desde el ámbito de Gobierno, desde el ámbito familiar de su familia y también desde el ámbito del partido”.
Para la dirigente popular, “una persona que está acorralada por la corrupción, que está rodeada por corrupción entre los tres ámbitos de su actuación, lógicamente no entiende la democracia como ese espacio de diálogo desde el respeto a las diferencias que entendemos todos los demás españoles”.
La vicesecretaria nacional del PP ha defendido que el presidente de la Conferencia Episcopal, al igual que cualquier otro ciudadano, tiene derecho a exponer sus posiciones políticas o a opinar sobre la realidad que está viviendo el país, puntualizando que, en última instancia, este debate “ya no va ni de izquierdas ni de derechas, ya no va de un partido político o de otro, de una institución o de otra” sino de “decencia en la vida política española y en la vida de todos los españoles”.










