La consejera vasca de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha encabezado este miércoles en Bilbao la ceremonia de entrega del Premio René Cassin 2025, que en esta edición reconoce la trayectoria de Francesca Albanese, relatora especial de Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados y primera mujer en desempeñar este cargo durante dos mandatos seguidos.
El acto ha congregado a numerosas autoridades, representantes de organizaciones sociales y especialistas vinculados a la defensa de los derechos fundamentales. Debido a problemas de agenda, Albanese no ha podido desplazarse a Bilbao, por lo que el galardón ha sido recogido en su nombre por miembros del jurado, encabezados por su presidenta, la viceconsejera de Derechos Humanos, Memoria y Convivencia, Arritxu Marañón.
Durante su intervención, San José ha puesto de relieve la “valentía, el rigor jurídico y la independencia ética” de la galardonada, rasgos que, según ha señalado, “definen a quienes sitúan los derechos humanos por encima de cualquier presión política o interés coyuntural”.
Tras resaltar la contribución de Albanese a la hora de documentar vulneraciones, denunciar la impunidad y reclamar la aplicación efectiva del Derecho Internacional Humanitario, la consejera ha enfatizado que su labor “ha dado voz a quienes habitualmente quedan fuera de los discursos oficiales: familias desplazadas, menores sin acceso a educación, heridos sin atención y comunidades enteras expuestas a una violencia cotidiana”.
Por este motivo, ha añadido, su trabajo interpela directamente a la comunidad internacional y recuerda que “las normas que nos hemos dado como humanidad no pueden ser meras recomendaciones, sino obligaciones jurídicas y éticas”.
San José ha dedicado buena parte de su discurso a analizar el contexto global actual, atravesado por crisis climáticas, energéticas, económicas y geopolíticas que impactan en todas las sociedades. Ha advertido de que, aunque nadie está completamente protegido, “no todos somos igual de vulnerables”, y ha recordado que en muchas zonas del planeta persisten conflictos prolongados, desplazamientos forzosos y vulneraciones graves del derecho internacional humanitario.
La consejera ha citado de forma expresa las situaciones de Ucrania, Sudán y Palestina, donde “los objetivos civiles siguen siendo atacados y la población vive entre el sufrimiento y la incertidumbre”, insistiendo en que esa realidad “no puede normalizarse”.
En esa línea, ha respaldado el pronunciamiento del jurado del Premio René Cassin, que reclama una paz con justicia, sustentada en el respeto al Derecho Internacional y en el fin de la impunidad de todos los crímenes, con independencia de su autoría. “No hay paz posible sin verdad, sin garantías ni sin coherencia internacional”, ha remarcado.
Asimismo, ha reivindicado la plena vigencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a la que ha calificado como “el pacto ético más ambicioso que ha suscrito la humanidad” y una “brújula moral indispensable en tiempos de incertidumbre”.
San José ha subrayado que los derechos humanos miran siempre al futuro y que corresponde al conjunto de la sociedad transmitir esos principios a quienes vienen detrás. “Los derechos no se heredan, se defienden cada día”, ha recalcado, alertando de que la “indiferencia es un riesgo para la democracia, mientras que la memoria y la responsabilidad colectiva actúan como garantía”.
En coherencia con ello, ha insistido en la importancia de reforzar las instituciones, cuidar la convivencia, rechazar los discursos de odio y sostener el pluralismo como bases de una sociedad democrática y libre.
En relación con el homenaje a Francesca Albanese, la consejera ha señalado que “no es solo un homenaje individual, sino un recordatorio colectivo de que los valores que defendemos no se sostienen solos”. Ha expresado públicamente su agradecimiento a la relatora por su coraje, su entrega y su compromiso continuado con la verdad y con las víctimas, destacando que su trabajo “es un faro para quienes creemos en un mundo más humano, justo y libre”.
Un galardón con dos décadas de trayectoria
El Premio René Cassin, instaurado en 2003, distingue cada año a personas y entidades que sobresalen por su aportación a la promoción y protección de los derechos humanos. Toma su nombre del jurista nacido en Baiona, principal impulsor de la Declaración Universal y distinguido con el Premio Nobel de la Paz en 1968.
En ediciones anteriores, el galardón ha recaído en organizaciones como la UNRWA o la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, así como en personalidades como Alec Reid, Federico Mayor Zaragoza, Dora María Téllez o Elisa Loncón.
Según ha concluido la consejera, la convocatoria de 2025 reafirma la voluntad del Gobierno Vasco de mantener una perspectiva internacional y un compromiso firme y sostenido con los derechos humanos.










