Reforma de la ‘Ley Mordaza’, el cuento de nunca acabar: ¿en qué punto está?

La iniciativa se encuentra en fase de ponencia y hubo una reunión de los socios para acercar posturas, pero de momento, permanece bloqueada. Sumar apremia a cumplir los compromisos adquiridos

La portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados | Fernando Sánchez (Europa Press).

La portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados | Fernando Sánchez (Europa Press).

“Al PSOE le falta valentía”. Con estas palabras la portavoz parlamentaria del Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar, Verónica Martínez Barbero, descargó sobre los socialistas la responsabilidad del bloqueo de la reforma de la Ley Mordaza. En una entrevista con Demócrata, insistió en la necesidad de cumplir con los compromisos con los principales aliados. ¿Qué está pasando?

La Proposición de Ley Orgánica de protección de las libertades y seguridad ciudadana, más conocida como reforma de la Ley Mordaza, era ya un compromiso del Gobierno progresista de la pasada legislatura, pero decayó por discrepancias con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu.

En mayo de 2024 el diputado de Sumar, Enrique Santiago, volvió a registrar como proposición de ley la última versión del dictamen para derogar la Ley Mordaza, dejando al margen los puntos de fricción que provocaron el rechazo de los socios.

Ya en octubre del mismo año, 2024, PSOE y Sumar rubricaron un acuerdo con la izquierda abertzale para registrar una nueva proposición de ley, esta vez con propuestas concretas sobre los cuatro asuntos calientes: la prohibición del uso de las pelotas de goma, de las devoluciones en caliente, y la revisión de las faltas de respeto a la autoridad y la desobediencia.

La propuesta, que está también firmada por el PNV, se encuentra ahora en fase de ponencia. A finales de junio, PSOE, Sumar, EH Bildu, los jeltzales y ERC se reunieron para intentar acercar unas posiciones que ya deberían estar próximas por el acuerdo cerrado el año pasado; pero la cita sirvió de poco. Podemos y Junts declinaron acudir al encuentro.

En una entrevista con Demócrata, Barbero atribuyó el bloqueo a la “falta de valentía” del PSOE. “Aún le queda un empujoncito”, dijo, y se encomendó al “acicate” del bloque de investidura “para que salga adelante”.

Además, Barbero insistió en la importante de aterrizar las cuestiones relativas a regeneración democrática, máxime cuando no solo integran el pacto de coalición, sino que son compromisos adquiridos con socios.

Los puntos de fricción

Pelotas de goma

Las pelotas de goma eran, junto con las devoluciones en caliente, la arista a la que el PSOE más se resistía. El acuerdo establece que las pelotas de gomas serán sustituidas por materiales menos lesivos y que no causen lesiones irreparables, aunque no se han concretado cuáles.

Devoluciones en caliente


Por su parte, en lo que a devoluciones en caliente respecta, el Gobierno dispondrá de seis meses para abordar la modificación de la Ley de Extranjería con el fin de incorporar una Disposición adicional para regular un régimen especial en Ceuta y Melilla que garantice los derechos de las personas migrantes, asegurándose de que las solicitudes de asilo se tramiten conforme a la ley y respetando los Derechos Humanos.


En este sentido, la iniciativa reza que será obligatoria la certificación e identificación de las personas potencialmente solicitantes de asilo y la consecuente evaluación deberá realizarse en los lugares habilitados al efecto en los pasos fronterizos previamente al proceso de posible expulsión.


En la pasada legislatura, los socialistas plantearon desvincular el asunto de la reforma de Mordaza, comprometiéndose a incluirlo en una futura reforma de la Ley de Extranjería. No surtió efecto entonces y, ahora, el acuerdo confirma que irán de la mano.

Faltas de respeto a la autoridad


De aprobarse la nueva ley, los insultos o injurias cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pasarían a ser solo una falta leve; siempre y cuando estas conductas no fueran constitutivas de infracción penal.


Por infracción se entenderán “las expresiones relevantes”, que en ningún caso podrá interferir con la libertad de expresión. Este punto, según ha explicado el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, tendría como fin acabar con el criterio, a su juicio, discrecional por el que un agente podía considerar como una falta de respeto a la autoridad “una mirada, una camiseta o el tono de voz”.


Otra de las novedades sería la cancelación de la falta en caso de que el sancionado accediese a retractarse o disculparse por sus expresiones.

Desobediencia


La infracción de desobediencia, con la reforma, pasaría de falta grave a leve. Se entendería como tal cuando, tras una orden legal, el implicado opusiera resistencia corporal o se negase a identificarse o aportase datos falsos o inexactos.


Incurriría en la infracción toda vez que sea de forma manifiesta, clara y objetivable”, y siempre y cuando “no sea constitutiva de infracción penal”.

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