Europa avala el control español de antibióticos veterinarios: ¿Freno a posibles cambios?

El sector sigue demandando cambios al sistema Presvet por considerar que merma el criterio clínico; pero un informe de la Comisión Europea esgrime que es una herramienta eficaz contra la resistencia antimicrobiana

Varias personas con carteles durante una concentración de veterinarios frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación | Fernando Sánchez (Europa Press).

Varias personas con carteles durante una concentración de veterinarios frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación | Fernando Sánchez (Europa Press).

La Comisión Europea ha avalado el sistema español de control de antibióticos veterinarios, considerándolo una herramienta eficaz en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel global, tal y como se desprende del informe final de la auditoría realizada por la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Unión Europea. El respaldo comunitario llega apenas unos días después de que el PSOE se abriera a revisar la nueva normativa.

El informe remitido al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destaca que las autoridades españolas han diseñado e implementado un sistema de control robusto para la prescripción y el uso de antimicrobianos en el ámbito veterinario. Según la auditoría, estos controles no solo cumplen con los requisitos comunitarios, sino que además se ejecutan de manera rigurosa y sistemática, permitiendo una supervisión efectiva tanto por parte de los veterinarios como de los ganaderos.

La conclusión es que contribuye de forma significativa a un uso más racional y prudente de los antibióticos en animales, alineándose con la normativa europea y ayudando a frenar la aparición de resistencias bacterianas.

¿Cuál es el sistema y por qué se piden cambios?

El sistema Presvet consiste en una herramienta digital en la que los veterinarios están obligados a registrar todas las prescripciones de antibióticos que realizan. Este sistema permite a las autoridades comprobar, en tiempo real, qué tratamientos se han aplicado, en qué cantidades y con qué principios activos, facilitando así la trazabilidad y el control efectivo del uso de antimicrobianos en el sector ganadero.

El sector veterinario critica que se entorpece su labor y anula el criterio clínico. Aseguran que en situaciones críticas, cuando el procedimiento para obtener una muestra compromete la vida del paciente, o bien el tiempo necesario para realizar pruebas laboratoriales es excesivo debido a la gravedad del proceso, el sistema Presvet imposibilita la toma de decisiones rápidas en situaciones críticas.

Además, lamentan que repercute en el bolsillo de los propietarios de animales por el incremento de los costes devenido de las pruebas obligatorias.

Por su parte, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en declaraciones a Demócrata, sostiene que “los veterinarios de mascotas conocen la obligación de transmitir la información requerida desde junio de 2023, por lo que han tenido un año y medio para prepararse”.

Además, “ha estado a disposición de todos los que quisieran utilizarlo un módulo de pruebas para comprobar su funcionamiento y adaptar sus propios sistemas informáticos”.

“Los veterinarios españoles llevan transmitiendo desde enero del año 2019 las prescripciones de antibióticos de animales de granja, y en estos momentos la base de datos y todo el sistema de transmisión de información funciona con total normalidad. Es un sistema conocido y rodado, que funciona correctamente”, concluyen.

Con respecto a las críticas sobre el sistema Presvet y a las presuntas limitaciones al criterio de los veterinarios, el Ministerio explica que se trata de “un sistema de recogida de información” y, como tal, “no establece limitaciones a las prescripciones, por lo que no condiciona en absoluto el juicio clínico del veterinario”.

Lo que sí, es que el veterinario debe “comunicar lo que prescribe”; de manera que Presvet únicamente introduce transparencia en el sistema, ayudando a atajar el uso excesivo y no prudente de antibióticos.

¿Valorando cambios?

El pasado 27 de mayo la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación aprobó una Proposición No de Ley sobre el sector veterinario y el impacto del Real Decreto 666/2023 impulsada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y que el PSOE transaccionó y aprobó.

ERC planteaba revisar la normativa, pero los socialistas no aceptaron el texto en sus términos. Tras negociar, transaccionaron una enmienda con cuatro peticiones. En primer lugar, se demanda impulsar el diálogo entre los ministerios de Agricultura y Sanidad con el sector veterinario a fin y efecto de estudiar la posible reforma de la regulación vigente en lo relativo a la disponibilidad de los medicamentos, y en particular, de los antibióticos, en las farmacias y otros centros dispensadores autorizados, de acuerdo con las presentaciones adecuadas tanto para los veterinarios prescriptores como para los propietarios de los animales.

También se urge a intensificar las campañas de información y formación para la transmisión electrónica de las prescripciones de antibióticos y los procedimientos administrativos establecidos; y que se estudien mecanismos para desburocratizar los procedimientos establecidos en aras de avanzar hacia un sistema más eficiente y transparente tanto para los veterinarios como para sus usuarios propietarios de animales.

La Comisión de Agricultura pide explorar modificaciones fiscales de los servicios veterinarios para su progresiva equiparación a la de otras profesiones sanitarias.

Por último, que se reconozca el papel clave de los veterinarios, impulsando campañas institucionales.

Con la PNL como punto de apoyo, ERC impulsó una enmienda al Proyecto de Ley de creación de la Agencia Estatal de Salud Pública que se mantiene viva de cara a la votación en la Comisión de Sanidad el próximo 19 de junio.

Según fuentes de ERC, se continúa negociando con el PSOE para incluir la enmienda en el texto y obligar al Gobierno a, en un plazo de 6 meses, disponer de las fórmulas necesarias para dialogar con el sector veterinario y explorar posibles modificaciones.

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