No habrá Presupuestos 2024: el efecto político y económico de la renuncia a unas nuevas cuentas

PSOE y Sumar gobernarán su primer año de coalición con los Presupuestos prorrogados. Hacienda confía en el margen que dejan las cuentas de 2023 y en ERC avisan de que el 'no' de los 'comunes' a sus presupuestos tendrá consecuencias

La vicepresidenta de Hacienda, María Jesús Montero (i), y la vicepresidenta de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (d), este jueves en el Congreso | Eduardo Parra (EUROPA PRESS) 14/3/2024

PSOE y Sumar gobernarán su primer año de coalición con los Presupuestos prorrogados, igual que hicieron PSOE y Unidas Podemos en la pasada legislatura.

«Yo ya soy una experta», se jactaba este jueves la vicepresidenta María Jesús Montero en los pasillos del Congreso, que completará en 2024 su tercer año con las cuentas prorrogadas de los seis que lleva como titular de Hacienda.

El anuncio de Moncloa de que no habría nuevas cuentas públicas pilló a los equipos económicos de las dos formaciones reunidos para avanzar hacia un acuerdo.

Los comunes habían tumbado esa misma tarde los presupuestos catalanes al no haber logrado el compromiso del Govern de frenar el proyecto Hard Rock, un macrocomplejo de hoteles y gran casino en Tarragona. Horas después de la votación, el president Pere Aragonès convocó elecciones catalanas para el 12 de mayo.

Las cuentas, que ya se iban a tramitar entre dos campañas, la de las elecciones vascas (21 de abril) con dos socios, PNV y Bildu, jugándose la lehendakaritza, y la de las europeas (9 junio), añadían una tercera en su vertiente más explosiva: la política catalana ha impactado más que ninguna otra en el Congreso, con el pulso entre ERC y Junts como efecto dinamitador de pactos y negociaciones. En Hacienda creen imposible cerrar sendos acuerdos en plena carrera electoral y asegurar el éxito de las cuentas. 

Y un fracaso en la tramitación presupuestaria para el Gobierno, ‘tocado’ ya por el ‘caso Koldo’ y en permanente sospecha de debilidad por su precaria mayoría parlamentaria, habría dado más madera a quienes exigen amortizar, por insostenible, la legislatura. 

«Respetamos la posición del presidente, pero no la compartimos», ha dicho la vicepresidenta Yolanda Díaz. En Sumar creen que, aun con todo, el Gobierno tendría que haber llevado a la Cámara las cuentas. El acuerdo, en todo caso, no estaba ni mucho menos cerrado.

En el área económica de Sumar lamentaban la misma mañana del miércoles que Hacienda no aflojaba y no aceptaba ninguna de sus medidas en materia fiscal. Por no atender, ni siquiera habían respondido al documento con propuestas trasladado la semana pasada, decían. Otras fuentes, también en Sumar, rebajaban la distancia entre ambas partes y confiaban en cerrar a lo largo de la semana el acuerdo.

«No estaban para ser aprobados mañana, pero sí estaba encarrilado», ponderan en el PSOE, también contando con los avances logrados con el resto de socios. 

El objetivo era llegar a la próxima semana, la anterior a Semana Santa, para aprobar el proyecto en Consejo de Ministros, presentarlo en el Congreso y, a la vuelta, iniciar con las comparecencias de altos cargos una tramitación ‘apretada’ en el Congreso durante el mes de abril.

¿Y ahora qué?

Los Presupuestos no se prorrogan. Los Presupuestos llevan prorrogados desde el 1 de enero, al no haber nuevas cuentas para su entrada en vigor. La novedad es la confirmación de que seguirán prorrogados durante todo el año y que en base a ellos tendrá el Gobierno que aplicar sus inversiones y sus disposiciones de gasto.

Recuerdos de la pandemia

¿Qué capacidad tiene el Ejecutivo? La gestión de la pandemia de Covid-19 es un ejemplo, extremo por lo extraordinario y la magnitud, de las posibilidades y limitaciones de un Ejecutivo con presupuestos prorrogados. PSOE y Unidas Podemos afrontaron la crisis sanitaria y económica con los Presupuestos prorrogados de Cristóbal Montoro de 2018, mucho menos expansivos que las cuentas que ahora se prorrogan.

El Gobierno pudo aprobar, vía decreto-ley, sucesivas autorizaciones de crédito presupuestario y movilizar la mayor respuesta económica en tan poco tiempo nunca antes vista en España. La excepcionalidad de la pandemia, eso sí, justificaba a todas luces el uso del decreto-ley, cuyo empleo el Ejecutivo ha comprometido moderar. «Nosotros tenemos ya un master en esto», bromean desde el PSOE.

Hay margen y, si no, transferencias de crédito

En todo caso, el Consejo de Ministros podrá reordenar partidas de gasto a través de transferencias de crédito presupuestario, para las que únicamente se exige un acuerdo por parte del Ministerio de Hacienda.

Desde el departamento que dirige María Jesús Montero recuerdan que las cuentas en vigor son suficientemente expansivas como para no constituir un límite. Y menos aún, precisamente, respecto a las previsiones fiscales de este año, en el que España ha comprometido un déficit del 3% para cumplir con las reglas fiscales comunitarias.

Respecto a los fondos europeos, el Ministerio de Economía ya ha subrayado que no afectará a la ejecución del Plan de Recuperación. Hacienda señala, además, que el volumen de fondos asignados en las cuentas prorrogadas era mayor que el que iba a asignarse este año, por lo que existe margen para llevar a cabo los desembolsos.

«Entonces, ¿para qué hacemos Presupuestos?»

La visión pragmática trasladada por Montero este jueves en los pasillos del Congreso contrasta, no obstante, con la frustración existente en Sumar por no poder sacar adelante las cuentas. «Si tan bien se puede funcionar con presupuestos prorrogados, entonces ¿para qué hacemos Presupuestos?», se pregunta una de las personas que forma el equipo económico de los de Yolanda Díaz.

Esta fuente reivindica la importancia de contar con un instrumento de la magnitud de unas nuevas cuentas, con el fin de orientar la política económica del Gobierno y también la ‘foto’ que genera, el mensaje que lanza a los agentes económicos sobre las prioridades del Ejecutivo.

Sólo lo inaplazable

La falta de Presupuestos deja pendientes, además, los compromisos, reformas e inversiones que se iban a articular en el proyecto. La ministra de Hacienda insistía este jueves en el Congreso en que, salvo aquellos compromisos inaplazables e imprescindibles para este ejercicio, todo quedaba aplazado para las siguientes cuentas. Montero celebraba incluso los preacuerdos ya alcanzados con los socios parlamentarios, consciente de que el camino a las nuevas cuentas para 2025 quedaba muy allanado con el trabajo hecho. 

Respecto a las medidas propias de las cuentas que deben actualizarse cada año a 1 de enero, la vicepresidenta recordaba que el decreto-ley anticrisis, aprobado pocos días antes de fin de año, ya incluía la subida de pensiones y de cotizaciones. Y que para la subida de sueldo de los empleados públicos ya había registrado el PSOE una enmienda para incorporarlo en el proyecto derivado de ese decreto-ley que tramita el Congreso.

Un proyecto con medidas presupuestarias

Precisamente, ese proyecto puede servir como instrumento para la inclusión de medidas de todo tipo vía enmienda, dada la amplitud de su contenido. En él se contendrá, por ejemplo, la bajada al 0% del IVA que soporta el aceite de oliva pactada con Junts, o la prórroga hasta 2028 de la suspensión de las ejecuciones hipotecarias pactada con Podemos. Pero también una reforma del Impuesto sobre Sociedades para recuperar los cambios realizados por Montoro en 2016 anulados por el Tribunal Constitucional, o rebajar las exigencias administrativas y económicas a proyectos de almacenamiento energético.

De no tener registradas sus enmiendas –el plazo se cerró el pasado miércoles–, el Gobierno habría tenido una oportunidad de oro para negociar un presupuesto a pequeña escala. Siempre queda, con los límites propios de la coherencia, la vía de la transacción con sus socios.

La variable Sumar-ERC

En su análisis de la situación, el PSOE restringía la inestabilidad que podía acarrear la montaña rusa electoral –tres citas en tres meses– a los Presupuestos, pero no a la agenda de reformas o medidas de corte social. En estas leyes confían en que los desencuentros o exigencias de los socios podían responderse en una negociación, y el pulso entre ERC y Junts no llegue a las magnitudes que rodean unas cuentas públicas.

No obstante, queda por saber el efecto que tendrá el rechazo de las cuentas impulsadas por el Govern, de ERC, por parte de En Comú, integrada en Sumar. Una formación de Gobierno ha tumbado los Presupuestos de uno de los socios de su Ejecutivo… pactados con la otra formación del Gobierno central.

En los ‘comunes’ no tienen problema en defender su ‘no’. El rechazo al macroproyecto de casino y hoteles era una línea roja. Siempre lo ha sido y creen que en plena sequía, frente a los recursos de agua y energía que demanda el proyecto Hard Rock, su postura está más que justificada. También el modelo económico que se desprende de un proyecto como este, y las derivadas en ludopatía o prostitución que asocian al mismo.

Sin embargo, si la relación entre ERC y Yolanda Díaz no era fácil –las heridas de la reforma laboral no han llegado a cerrarse y la antipatía entre la líder de Sumar y Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra, es pública y notoria– las consecuencias de este rechazo son inciertas.

Desde el lado de ERC esgrimen el valor de unas cuentas que revertían recortes realizados en años anteriores y con importante volumen en inversión social, especialmente en educación. Y no ocultan que el ‘no’ tendrá consecuencias en las iniciativas a debatir en Madrid, poniendo incluso en duda el futuro de propuestas planteadas por el lado de Sumar.

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