¿Qué ocurre con la Ley del Cine?

El proyecto de ley, heredado de la pasada legislatura, sufre sistemáticas ampliaciones del plazo de enmiendas; mientras el sector urge a su aprobación

Imagen de archivo del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante un pleno en el Congreso de los Diputados | Eduardo Parra (Europa Press).

Imagen de archivo del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante un pleno en el Congreso de los Diputados | Eduardo Parra (Europa Press).

“Se marcó un objetivo, que es ser hub audiovisual, y se ha cumplido. España es hoy el modelo a seguir”. Con estas palabras, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz, argumentó en una entrevista con Demócrata que el sector audiovisual vive un momento dulce en nuestro país. Y si bien es cierto que se han ido cumpliendo hitos del Plan Hub audiovisual de Europa, la industria aguarda regulaciones en tramitación que no acaban de concretarse.

La principal es el Proyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, impulsado por el Ministerio de Cultura, un articulado que pretende actualizar la normativa del sector a los avances tecnológicos de los últimos años.

El texto es de sobra conocido por los diferentes actores que componen la industria, pues se trata de una iniciativa heredada de la pasada legislatura. La propuesta decayó con motivo del adelanto electoral y el nuevo ministro, Ernest Urtasun, la recuperó en sus mismos términos.

¿En qué punto está?

El proyecto de ley del Cine fue aprobado por el Consejo de Ministros el 11 de junio del 2024 y remitido al Congreso para su tramitación. Desde entonces, permanece bloqueado al calor de sistemáticas ampliaciones del plazo de enmiendas.

¿Cuándo podría desbloquearse?

En una entrevista con Demócrata, el diputado de Sumar y portavoz adjunto en la Comisión de Cultura, Nahuel González, sin aventurarse a calendarizar su tramitación, explicó que comenzarán a trabajarse las enmiendas en este 2025.

Y es que, a pesar de que el contenido de la ley es conocido tanto por el sector como por los diputados que trabajan el tema, se está optando por madurar el texto un poco más. “No sirve de mucho una ley que se hace rápido y que no tiene el consenso de los sectores que les va a afectar”, apuntó González.

“Las leyes tienen que tener un proceso, mucho diálogo. Y en el caso de la Ley del Cine estamos manteniendo reuniones y escuchando a diversos sectores que les va a afectar”, remachó.

Puntos calientes

Al mantener el grueso de la redacción de la pasada legislatura, el texto hereda, de facto, una serie de puntos calientes que deberán ser pulidos durante la tramitación parlamentaria. En concreto, según fuentes del sector, serían dos: la cuota de pantalla y la ventana de exhibición.

La ley vigente fija a las salas de cine un porcentaje mínimo del 25% para cine comunitario como medida de protección. El proyecto de ley relaja esta imposición en cinco puntos, hasta el 20%; y para su cumplimiento se incluiría, además del cine europeo, el cine iberoamericano; a lo que habría que sumar una serie de factores de valor doble a la hora de calcular el cómputo global anual.

Para las productoras independientes esto no es suficiente. Tal y como publicó Demócrataurgen a endurecer la cuota y elevar el porcentaje al 40%, estableciendo además un límite de pantallas por película.

Las productoras independientes celebran esta iniciativa mientras desde FECE (Federación de Cines de España) no ven con buenos ojos la rebaja de la cuota de pantalla porque entienden que no es suficiente. En su lugar, apuestan por suprimirla y dar incentivos al espectador, invirtiendo en promoción y publicidad para las películas. En sintonía, además de la supresión de la cuota de pantalla, FECE pide eliminar las infracciones y sanciones que conllevaría su incumplimiento.

La ventana de exhibición, es decir, el margen de tiempo que los cines tienen para poder mostrar una película en exclusiva antes de que salga en formato físico, en streaming o en plataformas de VOD (video-on-demand) es otro de los grandes puntos de fricción.

La legislación actual no lo regula y las salas de cine piden que sí se ataje. FECE solicita que las películas cinematográficas y demás obras audiovisuales que se proyecten o estén destinadas a proyectarse en primer término en salas de cine, habrán de disponer de un periodo de exclusividad de proyección de cuatro meses antes de ser difundidas por cualquier otro medio o soporte. Este plazo podría ser negociado entre las organizaciones intervinientes en la cadena cinematográfica.

Otras claves

Tiempo ha que el sector en su conjunto demanda una actualización que tenga en cuenta los avances tecnológicos y los nuevos formatos de consumo. En este sentido, el objetivo de la Ley del Cine es fortalecer y apoyar a toda la cadena de valor del tejido creativo e industrial del ámbito de la cinematografía, con especial interés en los independientes; al tiempo que se respalda a los autores y autoras y al pleno ejercicio de los derechos de propiedad intelectual, en un contexto que salvaguarde la autonomía creativa.

También aspira a dotar a la industria de las herramientas para adaptarse a las nuevas tecnologías, formatos y hábitos de consumo; apostando por el valor del patrimonio audiovisual, a través de su reivindicación, del desarrollo de audiencias y de programas educativos.

A lo largo de todo el cuerpo normativo, se hace especial hincapié en los nuevos lenguajes y definiciones, los nuevos formatos, el catálogo de incentivos fiscales y ayudas, así como un nuevo régimen sancionador.

Asimismo, se flexibilizan los requisitos para la obtención de la nacionalidad española de las obras cinematográficas y audiovisuales ya que, según el Gobierno, en determinados casos se daban circunstancias que obstaculizaban la creación.

Ayudas

El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales (ICAA) elaborará un presupuesto cada ejercicio con ayudas para el fomento de la creación, producción, distribución, exhibición y promoción de películas y otras obras audiovisuales, con especial interés en los sectores independientes y de obras de interés cultural.

También se facilitará el acceso a créditos en condiciones favorables a proyectos que incorporen medidas de accesibilidad como traducción a la lengua de signos, subtitulado y audiodescripción; así como proyectos con medidas de sostenibilidad. Además, fomentará medidas para promover la igualdad de género en el sector.

Además, la ley recoge ayudas para la escritura de guiones y el desarrollo de proyectos audiovisuales. Los beneficiarios deberán cumplir con los tiempos y las condiciones establecidas. De igual forma, se explicita la concesión de ayudas a aquellos proyectos cuya versión original sea de alguna de las lenguas oficiales españolas o del lenguaje de signos español; y una serie de incentivos fiscales aplicables que favorecerán e impulsarán el sector a diferentes niveles.

La nueva ley establece una enumeración de películas y otras obras audiovisuales que no podrán acceder al catálogo de ayudas ni beneficios:

Engrasar la maquinaria

En la gala de los Goya 2025 el presidente de la Academia de Cina, Fernando Méndez-Leite, urgió a los políticos presentes, entre otros el ministro de Cultura Ernest Urtasun, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a aprobar la nueva ley.

El sector está experimentando un crecimiento notable, pero demandan una actualización de la normativa en sintonía con sus intereses.

Con todo, la industria audiovisual está de enhorabuena, al menos en España. Según los últimos datos recogidos y publicados en el informe sobre el sector audiovisual del Spain Audiovisual Hub, se ha registrado un incremento del 37% en las producciones cinematográficas durante el último año, superando las 375 en 2023. Este dinamismo se refleja también en el aumento significativo de la facturación del sector audiovisual español, que pasó de 251 millones de euros en 2021 a 487 millones en 2023. A este éxito se suma el crecimiento del sector del videojuego, con un aumento del 16,3%.

Además, el sector ha generado un considerable aumento en el empleo, con un crecimiento del 95,62% entre 2020 y 2023.

Pero, antes que nada…

En la pasada legislatura el Congreso mantenía paralizado al Proyecto de Ley del Cine por un motivo: los grupos parlamentarios querían, primero, encarrilar y resolver el Proyecto de ley de creación de la Oficina de Derechos de Autor y Conexos.

En la presente legislatura (XV), se pretende transitar el mismo camino. Esta iniciativa está más avanzada que la del Cine, puesto que ya hay ponentes designados y la Comisión de Cultura aguarda el informe de la ponencia desde el pasado 31 de octubre. Según fuentes de la ponencia consultadas por Demócrata, «no hay ningún problema u obstáculo» en la iniciativa, sino que es más cuestión de fijar una fecha, «que no tardará».

Su propósito es crear un organismo que dote a los creadores de una herramienta para hacer frente a los desafíos que plantea la Inteligencia Artificial en materia de derechos de autor, así como reforzar la actividad administrativa del Estado en esta materia para adaptar la regulación a las nuevas formas de consumo y difusión de contenido.

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