Tras la convocatoria de elecciones el pasado verano, una de las leyes que se quedó sin aprobar fue la nueva Ley del Cine que vendría a sustituir la actual legislación del año 2007. Una legislación, que pasados más de 15 años es necesario renovar de una forma valiente y con miras de futuro.
Un cambio de ley de este tipo es una oportunidad para mejorar y fortalecer la industria y no se puede desaprovechar, simplemente haciendo unos pequeños cambios sobre la ley antigua. Y es que la del Ley del Cine que se preveía aprobar, bajo nuestro punto de vista, presentaba un carácter continuista y no recogía ninguna de las propuestas fundamentales del sector.
Una legislación que pasados más de 15 años es necesario renovar de forma valiente y con miras de futuro
La nueva ley debe apostar por los distintos subsectores y garantizar su futuro, en especial el de las salas de cine como piedra angular que conecta al espectador con el resto de la industria cinematográfica y que fomente la asistencia a las salas de cine como un hábito social y cultural. Tiene que ser una ley donde todos los subsectores tengan un papel protagonista y evitar la subordinación de unos frente a otros.
En primer lugar, la nueva ley debería eliminar la cuota de pantalla y las sanciones desorbitadas que se incluyen en la ley en caso de incumplimiento. La cuota de pantalla, la obligación de establecer un determinado número de proyecciones de cine europeo, es una medida que se ha mostrado totalmente ineficaz a lo largo de los años, y es hora de buscar otras alternativas para fomentar este tipo de cine, tan importante y con un valor cultural muy elevado.
Desde las salas de cine, queremos un cine europeo fuerte y que tenga éxito en taquilla, pero esto no se debe intentar conseguir con obligaciones y sanciones, sino con medidas que fomenten la demanda de estos títulos y la proyección de los mismos.
Por otro lado, es necesario establecer una ventana de explotación clara. La ventana, el tiempo que transcurre entre que se estrena una película en los cines, hasta que está disponible en otros formatos, es un pilar clave para garantizar una explotación óptima de una película. Tras la pandemia hemos sufrido muchas variaciones en este tiempo de ventana, desde estrenos simultáneos a ventanas muy cortas de menos de 45 días, lo que ha generado un perjuicio económico a las salas de cine, y no está nada claro que haya beneficiado a las películas. La nueva ley del cine debería abordar este asunto con valentía.
También, se deberían consolidar las ayudas al sector de la exhibición de forma anual, tal y como ocurre como las ayudas a producción y distribución. Desde la pandemia, las salas de cine han recibido, por primera vez en su historia, ayudas públicas para paliar los efectos de la pandemia. Pero no solo por este motivo se deberían establecer ayudas, ya que las salas de cine es un sector intensivo en inversiones para mantener actualizadas las instalaciones y poder implementar las nuevas tecnologías, tanto de proyección de películas como de eficiencia energética, tan necesarias para el sector.
Por ello, son necesarios otros mecanismos económicos de apoyo a la exhibición, como puedan ser incentivos fiscales o avales para inversión, de la misma manera que se benefician otros subsectores de la industria. Somos conscientes de que el futuro se alcanza invirtiendo, pero es necesario que se facilite a las salas de cine de estos otros mecanismos.
Se deberían consolidar las ayudas al sector de la exhibición de forma anual, tal y como ocurre como las ayudas a producción y distribución
Y, por último, sería necesario la creación de mecanismos y espacios para la interlocución entre subsectores y poder abordar de manera conjunta cuestiones relevantes para el conjunto de la industria bajo el amparo del Ministerio de Cultura.
Una vez que se forme el nuevo gobierno y comience la actividad parlamentaria, la Industria Cinematográfica en su conjunto deberá remar en la misma dirección para que una nueva Ley del Cine, justa y equilibrada en derechos y obligaciones entre los diferentes subsectores, sea una prioridad en la agenda política y una realidad que se materialice en la próxima legislatura.
SOBRE LA FIRMA Luis Gil Palacios es el Director General de la Federación de Cines de España (FECE).