Sanidad

Alergólogos reclaman revisar las advertencias de trazas y los ingredientes ocultos en platos preparados

La SEAIC llama a extremar la vigilancia del etiquetado y los ingredientes ocultos en Navidad para prevenir alergias, sobre todo en la población infantil.

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La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha instado a revisar con detenimiento las advertencias de trazas en el etiquetado y a prestar especial atención a los ingredientes "ocultos" en platos listos para consumir, como aceites, harinas, salsas o chocolates, que pueden estar presentes sin ser obvios y desencadenar reacciones alérgicas durante las comidas y cenas navideñas.

Los especialistas en Alergología han alertado de que en estas fechas se incrementa el riesgo de alergias alimentarias, en particular entre la población infantil, debido al mayor consumo de productos potencialmente alergénicos, como pescado, marisco y frutos secos, unido a cambios en los hábitos familiares. Por este motivo, piden a padres y cuidadores que extremen las medidas de prevención.

Como primer paso, la SEAIC propone una serie de recomendaciones para comprobar correctamente el etiquetado y asegurarse de que los alimentos son adecuados. Recuerdan que turrones, polvorones y otros dulces típicos de Navidad pueden llevar frutos secos aunque no figuren de forma visible en la etiqueta frontal. También subrayan que no debe confundirse la mención "sin cacahuete" con la ausencia total de frutos secos y recalcan la importancia de leer siempre la lista de ingredientes al adquirir un producto, ya que su composición puede modificarse.

La sociedad científica señala, además, que la introducción de alimentos nuevos debe hacerse de forma paulatina, antes del primer año de vida y sin retrasarla de manera intencionada, puesto que no se ha demostrado que posponerla reduzca el riesgo de alergia. Recomiendan ofrecer un único alimento nuevo cada vez y esperar 48 horas antes de incorporar otro distinto, con el fin de identificar posibles reacciones inmediatas o diferidas.

Asimismo, la SEAIC resalta que alérgenos frecuentes como la leche, el huevo o los frutos secos pueden sustituirse por opciones seguras sin renunciar al sabor, utilizando, por ejemplo, bebida de soja o harina de garbanzo. De este modo, se puede diseñar un menú apto para todos, para lo cual consideran útil implicar a los niños en la planificación y elaboración.

Cómo evitar la contaminación cruzada en la cocina

Durante la elaboración de los menús, la SEAIC recuerda la relevancia de prevenir la contaminación cruzada, que se produce cuando los alérgenos entran en contacto con otros alimentos que no los contienen. Para minimizar este riesgo, aconseja emplear utensilios separados para los productos con alérgenos y para los que no los llevan, limpiar de forma minuciosa encimeras, tablas, cuchillos y electrodomésticos tras preparar cada receta y usar recipientes herméticos para conservar los platos y evitar derrames.

Otro punto que la sociedad remarca es el control de los cofactores en personas especialmente sensibles. Entre estos elementos se encuentran el ejercicio físico, el cansancio, el uso de antinflamatorios o la fiebre, que pueden incrementar la probabilidad de una reacción alérgica o agravar su intensidad y complicar su abordaje.

"Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta no solo el alérgeno en cuestión, sino también estos factores de riesgo adicionales, especialmente en situaciones de alta excitación o actividad, como durante las celebraciones navideñas", ha detallado la vicepresidenta del Comité de Alergia a los Alimentos de la SEAIC, María José Goikoetxea Lapresa.

La SEAIC remarca igualmente que distinguir entre una reacción alérgica y una intoxicación alimentaria es clave para actuar de forma adecuada. Mientras que las alergias alimentarias suelen manifestarse con síntomas como urticaria, angioedema, dificultad respiratoria y, en los casos más graves, anafilaxia, las intoxicaciones por marisco o pescado se caracterizan con mayor frecuencia por molestias digestivas.

En caso de reacción alérgica generalizada que afecte a dos o más órganos o sistemas, los expertos recuerdan la necesidad de disponer siempre de un autoinyector de adrenalina y verificar que no esté caducado. Tras su uso, insisten en que es imprescindible acudir de inmediato a un servicio médico, incluso si se aprecia mejoría, dado que la anafilaxia puede requerir una valoración y un tratamiento adicionales.