La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha emitido una advertencia sobre los riesgos para la salud que supone el humo de los incendios forestales en España, destacando un incremento en la mortalidad por problemas respiratorios y cardiovasculares.
La organización ha manifestado su preocupación debido a los numerosos incendios y las altas temperaturas registradas en el país, que hasta ahora han devastado más de 300.000 hectáreas.
Además, la SEE indica que estos incendios liberan partículas altamente tóxicas que pueden dispersarse a miles de kilómetros y están asociadas con hospitalizaciones, nacimientos prematuros y bajo peso al nacer.
La sociedad también ha resaltado los riesgos para la seguridad alimentaria y el acceso a agua potable, además de los peligros para las personas que trabajan al aire libre o se dedican a combatir estos incendios.
La SEE ha enfatizado que fenómenos como inundaciones, incendios o olas de calor pueden deteriorar la salud mental. Recuerdan que recientemente España experimentó una ola de calor de 16 días, una de las más prolongadas en su historia, poniendo en riesgo a los individuos más vulnerables.
Los incendios forestales fomentan la despoblación en áreas ya afectadas, lo que repercute directamente en la salud de la población, causando desplazamientos y pérdida de acceso a servicios de salud, entre otros problemas, según la SEE.
Para la SEE, la combinación de grandes incendios, deforestación y cambio climático es «una amenaza real y creciente para la salud pública». La sociedad advierte que el cambio climático intensifica la severidad de estos incendios y complica su control. De hecho, un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente proyecta que los incendios forestales aumentarán un 30 por ciento para 2050 y un 50 por ciento para fin de siglo.
«Los incendios y otros fenómenos meteorológicos extremos, que serán cada vez más frecuentes, son una amenaza global que requiere de preparación y respuesta inmediata», señala la SEE, destacando la necesidad de herramientas y planes de actuación que consideren la salud pública.
ENFOQUE ‘ONE HEALTH’
La SEE hace un llamado a fortalecer la vigilancia, prevención y protección de los grupos más vulnerables: mayores, menores, personas sin hogar o con enfermedades crónicas. «Ante esta y otras catástrofes, la atención a las personas en situación de vulnerabilidad debe ser una prioridad, garantizando el acceso a medicamentos, alimentación adecuada y apoyo psicológico», agrega.
La sociedad subraya la importancia de contar con especialistas formados en epidemiología de campo y emergencias sanitarias para responder de manera rápida y efectiva, protegiendo la salud pública y mitigando el impacto de estos eventos. Todo ello, bajo un enfoque de Salud Global (‘One Health’) y con un compromiso de inversión en prevención, profesionalización y educación ciudadana.
«El cambio climático no afecta solo a un bosque, a una comarca o a una región de un país: debe ser abordado globalmente y pensando en las generaciones venideras. Esto requiere planificación, organización, monitorización, profesionalización e inversión en recursos, con el fin de tener una adecuada prevención, gestión y recuperación», concluye.