En el contexto del Día Mundial del Cerebro, el Consejo Español del Cerebro ha resaltado la necesidad crítica de desarrollar políticas integrales en salud cerebral y de sensibilizar a los ciudadanos sobre la importancia de mantener hábitos saludables para el cerebro durante toda la vida.
«El cerebro es el órgano que define lo que somos. Protege nuestra memoria, dirige nuestras emociones, regula nuestras decisiones. Es el núcleo de nuestra humanidad. Y, sin embargo, sigue siendo el gran olvidado en muchas estrategias de salud», ha indicado Mara Dierssen, presidenta del Consejo Español del Cerebro.
Mara Dierssen ha enfatizado que los problemas neurológicos y psiquiátricos son actualmente la principal causa de discapacidad y la segunda de muerte en España, con un costo que representa el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. «Es un desafío de primera magnitud que no puede seguir posponiéndose», ha subrayado.
Este año, el Consejo promovió el Plan Español del Cerebro, un proyecto estratégico que pone a las personas en el centro de la atención, prevención e investigación. Este plan está en consonancia con los objetivos estratégicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Decenio del Cerebro 2024-2034 y otros programas europeos e internacionales sobre salud cerebral.
CINCO EJES PRIORITARIOS
El Plan se estructura en cinco ejes principales. El primero se centra en la promoción de la investigación científica y clínica sobre el cerebro, sus funciones y patologías, promoviendo la colaboración multidisciplinar y la transferencia de conocimiento.
El plan también propone mejorar la atención médica en neurología, psiquiatría y neuropsicología, asegurando el acceso a servicios especializados en todo el país, independientemente de la ubicación geográfica. Asimismo, enfatiza el desarrollo de estrategias para incentivar estilos de vida saludables desde la infancia.
Además, el documento fomenta la inclusión activa de pacientes, familiares y entidades sociales en la formulación, ejecución y evaluación de políticas públicas. También recomienda establecer sistemas robustos para evaluar el impacto sanitario, económico y social de los trastornos cerebrales, guiando así la toma de decisiones basada en evidencias.
«El Plan Español del Cerebro no es solo un documento técnico, es un compromiso con el futuro del país. Requiere liderazgo institucional, inversión sostenida y una visión de largo plazo que entienda que proteger el cerebro es invertir en desarrollo, cohesión social y bienestar colectivo», concluyó Dierssen.















