El COVID-19 muestra una evolución con menor diversidad genética, según un estudio reciente

Un estudio revela que el SARS-CoV-2 ha reducido su diversidad genética interna mientras se adapta a los humanos.

Imagen del virus del COVID-19 (el Sars-CoV-2)CSIC

Según un estudio reciente, el virus SARS-CoV-2 ha modificado su patrón evolutivo desde que emergió en 2019, mostrando una reducción en su diversidad genética interna a medida que se adapta a los humanos.

El trabajo, liderado por expertos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC-UAM), detalla cómo, a lo largo de la pandemia, el virus ha generado variantes como Delta y Ómicron, que han incrementado su capacidad de transmisión y de evasión inmunológica. No obstante, estas transformaciones son ahora menos evidentes, aunque igualmente significativas.

Este descubrimiento es crucial para comprender cómo el virus ha alterado su comportamiento a lo largo de la pandemia. La investigación se ha publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS) y ha sido dirigida por Celia Perales, Esteban Domingo e Ignacio Gadea, en colaboración con varias instituciones académicas y médicas.

Los virus de ARN, como el SARS-CoV-2, replican formando ‘nubes de mutantes’, es decir, conjuntos de virus con pequeñas diferencias genéticas. Este espectro mutante permite al virus adaptarse a nuevos entornos, como las respuestas inmunitarias o los tratamientos antivirales.

El estudio indica que, aunque inicialmente estas nubes mutantes eran extensas y variadas, en variantes recientes como Ómicron se han restringido considerablemente. ‘Nuestro trabajo demuestra que la diversidad interna del virus también evoluciona, y este cambio puede influir en cómo se transmite o cómo responde al sistema inmunitario. Vigilar esta dinámica es clave para anticipar su comportamiento’, explica Celia Perales.

MENOS VARIEDAD DE MUTACIONES

Los investigadores analizaron muestras de pacientes infectados en Madrid entre 2020 y 2022, desde la primera hasta la séptima ola de COVID-19. Observaron una notable reducción en la variedad de mutaciones dentro de cada paciente a medida que avanzaba la pandemia.

Este fenómeno no implica que el virus mute menos, ya que globalmente continúa acumulando mutaciones significativas, especialmente en la proteína S (Spike), crucial para la entrada del virus en las células humanas. Sin embargo, la manera en que el virus gestiona su diversidad interna ha cambiado.

Este entendimiento conecta por primera vez la biología molecular del virus con su comportamiento epidemiológico, abriendo nuevas posibilidades para el diseño de estrategias preventivas. ‘No basta con vigilar mutaciones concretas: también es necesario seguir cómo evoluciona la estructura genética global del virus. Esta vigilancia permitirá anticipar posibles cambios que puedan reducir la eficacia de las medidas existentes’, señalan los autores.

Este análisis multidisciplinar subraya que el virus continúa adaptándose, tanto en su forma externa mediante la aparición de nuevas variantes, como en su comportamiento interno dentro de cada paciente. Comprender estos cambios es vital para proteger a la población.

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