Un reciente análisis realizado a nivel nacional, dirigido por la Fundación SEIMC/GeSIDA y llevado a cabo por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón y el Hospital Universitario La Paz, ambos en Madrid, revela que la prevalencia de hepatitis C activa en individuos con VIH ha disminuido a menos del 1% desde el año 2021.
El proyecto fue encabezado por los doctores Juan Berenguer y Juan González, quienes analizaron datos de nueve investigaciones transversales desde 2002 hasta 2023, abarcando más de 40 hospitales en 32 ciudades de 14 comunidades autónomas. Publicado en ‘Clinical Infectious Diseases’, el estudio muestra una notable reducción continua en la coinfección VIH-VHC durante las últimas dos décadas. En términos de seroprevalencia, esta bajó del 60,8% en 2002 al 27,4% en 2023, mientras que la infección activa se redujo de un 46,3% a solo un 0,9%.
Este progreso se alinea con la introducción de los antivirales de acción directa (AAD) desde 2015, que transformaron radicalmente el tratamiento de la hepatitis C. Gracias a su eficacia, la infección activa disminuyó en un 100% entre personas heterosexuales, un 94% entre usuarios de drogas inyectadas y un 71% entre hombres que tienen sexo con hombres.
Además, el estudio indica cambios en los patrones de transmisión del VIH en España. Si bien en 2002 el uso de drogas inyectadas era la principal vía de transmisión (55%), en 2023 solo representaba el 21%. Por otro lado, el porcentaje de personas con VIH del grupo de hombres que tienen sexo con hombres creció del 17% al 46%.
LA CARGA DE ENFERMEDAD HEPÁTICA RESIDUAL SIGUE SIENDO ELEVADA
A pesar de estos avances, la investigación advierte que la carga de enfermedad hepática residual continúa siendo preocupante. Entre los pacientes con VIH que se curaron del VHC, un 20,4% sufría de cirrosis hepática en 2023. Esto subraya la importancia de un seguimiento clínico meticuloso a largo plazo para prevenir complicaciones graves.
Los investigadores enfatizan la necesidad de mantener sistemas de vigilancia epidemiológica robustos y mejorar las intervenciones preventivas en los grupos más vulnerables. También resaltan el éxito de las políticas públicas que han facilitado el acceso a tratamientos efectivos y han enfocado las intervenciones en poblaciones en riesgo. No obstante, recalcan que para erradicar definitivamente la coinfección VIH-VHC es crucial continuar con los esfuerzos y adaptarse a los nuevos escenarios de transmisión.