La matrona del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), Diana Jiménez Ciriero, especialista en masaje perineal, subraya que esta práctica contribuye a preservar la integridad del periné, disminuye la probabilidad de desgarros durante el parto y reduce de manera apreciable el dolor y otras molestias tanto en el momento del nacimiento como en el puerperio y hasta tres meses después.
Jiménez incide en que su principal utilidad es la prevención de los traumatismos perineales asociados al parto, un tipo de lesión que afecta entre un 80 y un 85 por ciento de las mujeres, ya sea por desgarros espontáneos o por una episotomía, es decir, un corte en los tejidos del periné que rodean la vagina para ampliar el introito vaginal durante el periodo expulsivo.
Tal y como detalla, el masaje perineal se basa en la estimulación manual de la piel y de los tejidos del periné con el objetivo de aumentar su elasticidad y favorecer el estiramiento de la musculatura para proteger la zona en el parto. Puede ser realizado por la propia gestante o por otra persona de confianza, como su pareja.
La matrona explica que esta técnica se asocia con una menor frecuencia de partos vaginales instrumentales y con una mejor recuperación de la función sexual, al reducir la aparición de dolor genital durante las relaciones, especialmente en mujeres primíparas. Además, algunos trabajos científicos señalan que podría contribuir a acortar la segunda fase del parto, la etapa expulsiva.
Jiménez indica que lo más recomendable es comenzar con el masaje perineal a partir de la semana 32 de gestación y practicarlo al menos dos veces por semana durante unos cinco a 10 minutos, aunque aclara que también puede hacerse diariamente si se desea. No obstante, recuerda que está contraindicado cuando existen varices vulvares, lesiones o infecciones vaginales o urinarias, amenaza de parto prematuro, rotura de la bolsa amniótica o hemorragias vaginales.
Las mujeres que lo han incorporado a su preparación al parto manifiestan un elevado nivel de satisfacción: de media, un 79 por ciento asegura que volvería a utilizarlo en un futuro embarazo y un 89 por ciento afirma que lo recomendaría a otras gestantes. Entre los beneficios más valorados destacan la posibilidad de implicar a la pareja en la preparación al parto y la mejora del autoconocimiento anatómico de la mujer.
“Teniendo en cuenta las ventajas descritas y el alto grado de satisfacción entre las gestantes podemos concluir que debería generalizarse la información sobre el masaje perineal a las mujeres gestantes, ya sea individualmente en las consultas de control del embarazo o de forma colectiva en los talleres de educación maternal o de preparación al parto”.