Sanidad

Farmacéuticos de Atención Primaria alertan del peligro de combinar alcohol y medicamentos

La SEFAP alerta del riesgo de combinar alcohol con medicamentos, especialmente en mayores de 65 años y con analgésicos como ibuprofeno o paracetamol.

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La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) ha lanzado una advertencia a la ciudadanía sobre los riesgos para la salud de ingerir alcohol mientras se están tomando medicamentos, con especial atención a somníferos y tratamientos para problemas de salud mental, diabetes, tensión arterial o trombos.

“En general el riesgo de esta interacción es algo que se conoce, de hecho, se informa de ello en los prospectos de los medicamentos, pero a veces no se le da la importancia debida a las implicaciones y daños que puede ocasionar el mezclar alcohol y medicamentos”, ha aseverado el miembro del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la SEFAP José Manuel González de la Peña Puerta.

La organización científica ha querido subrayar este problema porque las fiestas navideñas y las celebraciones asociadas constituyen un momento del año especialmente propicio para un mayor consumo de alcohol. Por este motivo, han recalcado la necesidad de evitar la combinación de cualquier fármaco con bebidas alcohólicas.

Tal y como han explicado, el riesgo se incrementa de forma notable en las personas mayores de 65 años, ya que el envejecimiento enlentece el metabolismo y, además, este colectivo suele estar polimedicado con fármacos que presentan más posibilidades de interacción con el alcohol. Por ello, González de la Peña ha pedido “extremar las precauciones”.

Náuseas, vómitos y mareos

Los efectos adversos derivados de la mezcla de alcohol y medicamentos varían en función del tipo de fármaco, aunque de manera general se describen síntomas como náuseas, vómitos, cefaleas, mareos y somnolencia; y, en situaciones más graves, hemorragias, alteraciones del ritmo cardíaco o problemas respiratorios.

González de la Peña ha mostrado una preocupación especial por los analgésicos y antiinflamatorios de uso frecuente, como ibuprofeno o paracetamol, muy extendidos para aliviar el dolor o la fiebre. “Al tomar alcohol podría aumentarse fundamentalmente el riesgo de gastritis o úlcera gástrica, siempre y cuando su utilización sea crónica, ya que podría potenciar este efecto adverso”, ha comentado.

El especialista ha matizado que, cuando estos medicamentos se toman de forma esporádica, el peligro disminuye, aunque ha reiterado que su consumo junto con alcohol no es recomendable. Ha recordado que tanto el alcohol como el paracetamol se metabolizan en el hígado y que su administración conjunta puede sobrecargar este órgano, incrementando la probabilidad de toxicidad hepática.