La presidenta del Grupo de Estudio del Sida (GeSIDA), integrado en la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), María Velasco, ha subrayado este lunes que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha pasado de constituir principalmente un problema médico a convertirse en un desafío social. En su opinión, los avances conseguidos en terapias a largo plazo han sido "hitos extraordinarios", mientras que el estigma y la discriminación continúan muy presentes.
“Estamos en un momento (...) en el que la infección por VIH no es tanto un reto clínico como un reto social, y en este reto social tenemos que poner en valor que se han conseguido hitos extraordinarios de tratamiento súper eficaces, a largo plazo, prevención combinada, supervivencia... Pero nos falta borrar el miedo, el estigma, la discriminación”, ha afirmado Velasco durante un acto celebrado en el Congreso de los Diputados con motivo del 30 aniversario de la organización.
En la misma jornada se ha inaugurado la muestra “Ternura, besos y abrazos contra el estigma”, con la que GeSIDA anima a tomar conciencia sobre las consecuencias del rechazo social hacia quienes viven con VIH, defendiendo la importancia de promover una mirada basada en la empatía, la cercanía y el respeto a los derechos.
El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha puesto en valor los progresos de las últimas tres décadas frente al VIH, advirtiendo de que el final de la pandemia no llegará mediante un “día que lo decreten”, sino de manera paulatina, a medida que deje de percibirse como una amenaza global para la salud pública.
“Cuando dejemos de tener en países como el nuestro episodios en los cuales el estigma y la discriminación siga siendo una realidad (...) estaremos acabando con el VIH, y cuando consigamos que las innovaciones terapéuticas no solamente sean innovaciones terapéuticas para el norte global, sino que también sean una realidad de acceso en el sur global, también estaremos acabando con el VIH”, ha añadido.
En el encuentro ha intervenido asimismo el primer presidente de GeSIDA y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Santiago Moreno, quien ha recalcado que el hito “más importante” en la respuesta al VIH fue la llegada del tratamiento antirretroviral supresivo, que “cambió el pronóstico” vital de los pacientes al convertir una patología “fatal a corto plazo” en una enfermedad crónica.
“Para mí es igualmente importante, y marca también otro punto de inflexión, es cuando entendimos que la carga viral suprimida, estar indetectable, se asociaba a no transmitir (...) la vida de las personas con VIH pasó a ser una vida más normal”, ha señalado.
El papel clave del activismo comunitario
El director médico para España de ViiV HealthCare, José Emilio Martín Herrero, ha remarcado que el elemento “más determinante” en los avances logrados ha sido el activismo comunitario, que “sigue siendo el motor que ha hecho posible” movilizar recursos, voluntades políticas y cambios en la investigación clínica y en la regulación, acelerando la aparición y el desarrollo de nuevos antivirales.
En la misma línea se ha manifestado el director de Apoyo Positivo, Jorge Garrido, quien ha remarcado que la mejora en los tratamientos ha ido de la mano de avances en derechos y dignidad para las personas con VIH.
“Durante muchos años, vivir con VIH ha significado vivir en silencio, vivir sin derechos no solo sociales, sino laborales. Y precisamente la visibilidad, el trabajo comunitario, es el que ha dado acceso a esos derechos laborales (...) El acceso universal al tratamiento del VIH es uno de esos hitos que también marca los derechos sociales de las personas con VIH”, ha añadido.
Aun reconociendo el esfuerzo para mantener ese acceso universal en España, ha advertido de que “todavía existen muchas comunidades autónomas que establecen barreras administrativas” para determinados colectivos, como las personas migrantes, lo que dificulta su llegada a la medicación.
Igualdad de acceso y calidad de vida
La responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, Rosario Palacios, ha indicado que uno de los grandes desafíos en España es garantizar la equidad en el acceso a los tratamientos entre territorios, además de asegurar la atención a los grupos más vulnerables, como migrantes, mujeres y personas mayores.
Entre los retos pendientes ha citado también la necesidad de mejorar la información dirigida tanto a la ciudadanía como a los profesionales sanitarios, con el fin de combatir la desinformación y los prejuicios sobre el VIH no solo en la sociedad, sino también dentro de los propios centros de salud.
La vocal de CESIDA y presidenta de Apoyo Positivo, Reyes Velayos, ha señalado que otro punto clave es el abordaje integral de la cronicidad y de la calidad de vida, insistiendo en que no basta con alcanzar una carga viral indetectable. A su juicio, resulta imprescindible priorizar la identificación y el manejo temprano de las comorbilidades asociadas al envejecimiento y al propio VIH, con especial atención a la salud mental.
Para la directora de Asuntos Médicos y líder médico de VIH de Gilead, Cristina de Álvaro, las prioridades pasan por seguir reforzando el diagnóstico, ya que más de la mitad de los nuevos diagnósticos se producen de forma tardía.
Además, ha defendido la importancia de asegurar el acceso y la continuidad de los pacientes en el sistema sanitario, avanzando hacia modelos de atención centrados en el bienestar global de la persona y no únicamente en la indetectabilidad del virus.
El director médico del Área de VIH, Infecciosas y Oftalmología de MSD, Manuel Cotarelo, ha subrayado la urgencia de que la innovación llegue de forma “rápida y equitativa” a todas las personas con VIH, algo que, ha recordado, depende de la coordinación entre la industria, las administraciones y las organizaciones comunitarias.
“Tenemos que trabajar todos juntos para hacer una innovación sin barreras, tratar de eliminar las barreras administrativas que lo único que generan son inequidades en el territorio y, como digo, incorporar los determinantes sociales en la salud”, ha concluido.