Sanidad

Nuevos biomarcadores permiten detectar de forma temprana la enfermedad hepática grasa en menores con VIH

Investigadores españoles hallan biomarcadores que permiten detectar de forma precoz la enfermedad hepática grasa en menores que viven con VIH.

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Un grupo de científicos, liderados por el área CIBER de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC) en el Hospital Universitari de Tarragona Joan XXIII (HJ23)-Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y el Hospital Universitario La Paz, ha conseguido por primera vez identificar biomarcadores novedosos que permiten detectar de manera temprana la enfermedad hepática grasa en niños y adolescentes que adquirieron al nacer el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

El trabajo, difundido en la revista “Communications Medicine”, se ha basado en el análisis de muestras de sangre y heces de 29 menores, en las que se han estudiado las grasas circulantes, los ácidos biliares y la composición de las bacterias intestinales. Mediante técnicas de metabolómica avanzada, este enfoque ha hecho posible localizar alteraciones metabólicas muy concretas que podrían señalar daño hepático incluso en ausencia de síntomas clínicos.

“Hasta ahora carecíamos de herramientas fiables para detectar el hígado graso en jóvenes con VIH sin recurrir a técnicas invasivas. Era fundamental encontrar biomarcadores específicos que permitieran identificar la enfermedad en sus fases más iniciales”, han explicado las líderes del estudio, Anna Rull y Talía Sainz, investigadoras del CIBERINFEC.

Entre todas las moléculas evaluadas, los triglicéridos TG54:5 y TG56:7, junto con el ácido biliar UDCA, han sobresalido por su capacidad para distinguir a los menores con esteatosis hepática de aquellos que no presentan la patología, incrementando “notablemente” la capacidad discriminativa entre ambos grupos.

La investigación también ha puesto de manifiesto que los triglicéridos totales, marcadores habituales en adultos para valorar la función del hígado, no mostraron diferencias relevantes entre los distintos grupos de esta cohorte pediátrica, lo que refuerza la necesidad de centrarse en triglicéridos concretos en lugar de parámetros globales.

Al mismo tiempo, se ha analizado en detalle la microbiota intestinal, debido a su implicación en la transformación de los ácidos biliares. En este contexto, se han observado correlaciones positivas entre UDCA y la bacteria “Collinsella”, reconocida productora de este ácido biliar, lo que podría ayudar a interpretar los patrones detectados en el estudio.

Los investigadores han incorporado además el perfil completo de ácidos biliares, lo que ha permitido identificar dentro del grupo control una subpoblación con un comportamiento muy parecido al de los menores con esteatosis hepática, sugiriendo posibles alteraciones subclínicas.

El equipo responsable del trabajo destaca que estos hallazgos apuntan a que los cambios tempranos en las concentraciones de ácidos biliares podrían reflejar un estado patológico inicial, incluso antes de que se observen signos clínicos claros, lo que refuerza su “papel prometedor” como herramienta para anticipar la aparición de esteatosis hepática, aunque su aplicación práctica “debería explorarse en mayor profundidad”.

En este proyecto también han intervenido la Universitat Rovira i Virgili (URV), el Instituto de Investigación de La Paz (IdiPAZ) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). El trabajo representa un avance “clave” para perfeccionar el diagnóstico de una complicación que se estima afecta a alrededor del 30 por ciento de esta población pediátrica con VIH.