Relación entre trastornos mentales y mayor riesgo de enfermedades cardíacas y su mortalidad

Investigadores de la Universidad de Emory en Estados Unidos han encontrado que ciertos trastornos mentales incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas en un porcentaje que va del 50 al 100 por ciento, además de aumentar significativamente la mortalidad asociada, revelando una interacción ineludible entre estas condiciones.

Publicado en ‘The Lancet Regional Health-Europe’, el estudio revela que la depresión incrementa un 72 por ciento el riesgo de enfermedades cardíacas; el trastorno por estrés postraumático un 57 por ciento; el trastorno bipolar un 61 por ciento; el trastorno de pánico un 50 por ciento; la fobia un 70 por ciento; y la esquizofrenia casi un 100 por ciento.

Impacto en la Salud Cardiovascular

«Más del 40 por ciento de las personas con enfermedades cardiovasculares también padecen un problema de salud mental», explicó la doctora Viola Vaccarino, subrayando la relación bidireccional entre estas enfermedades.

Este análisis también mostró que las afecciones mentales están vinculadas con un pronóstico más adverso, un aumento en la tasa de reingresos hospitalarios y una mayor mortalidad en pacientes con cardiopatías previas, donde la depresión mayor «duplica» la tasa de mortalidad.

Las enfermedades mentales están relacionadas con respuestas anormales al estrés en el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, afectando así la función cardiovascular.

La desregulación de estos sistemas puede provocar «efectos adversos posteriores que pueden afectar el riesgo cardiovascular de forma crónica, como aumento de la inflamación, anomalías metabólicas, hipertensión arterial, aumento de la resistencia vascular sistémica e inflexibilidad autonómica»; además, la inflamación está relacionada con el desarrollo de enfermedades cardíacas y trastornos de salud mental.

Los investigadores también destacaron que los determinantes sociales de la salud influyen en las disparidades en enfermedades cardiovasculares, y que los estigmas y barreras en la atención continua pueden afectar a quienes sufren problemas de salud mental.

«La estrecha conexión entre la salud cardiovascular y la psicológica justifica cambios en el sistema de salud que sean más accesibles para los pacientes con comorbilidades (…) Un equipo clínico sería ideal para la atención de estos pacientes: un equipo de especialistas, trabajadores sociales y personal de enfermería que trabajen en colaboración para brindar atención y recursos multidisciplinarios», concluyó Vaccarino.

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