La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha reclamado este viernes intensificar las medidas de prevención ante el incremento de diagnósticos de gripe asociados al subclado K del virus A(H3N2), una variante con mayor capacidad de transmisión, aunque sin evidencias de que genere cuadros clínicos más graves.
El portavoz del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la semFYC, José María Molero, ha detallado que esta variante «presenta unas modificaciones genéticas específicas en la hemaglutinina que le hacen más difícilmente detectable por nuestro sistema inmune», lo que favorece precisamente su difusión rápida en la comunidad.
A continuación, ha insistido en que «no se ha demostrado que sea un virus más grave ni que produzca más casos de ingresos hospitalarios o complicaciones», si bien ha admitido que una mayor transmisibilidad puede traducirse en más personas vulnerables contagiadas y, en consecuencia, en un aumento absoluto de complicaciones.
En cuanto a la evolución temporal del brote, ha señalado que «el pico se puede situar en la última semana del año», aunque no descarta que esta cota máxima se adelante «ligeramente» por la bajada de temperaturas y las reuniones sociales propias de la Navidad. También ha apuntado que el descenso posterior podría ser más lento que la subida debido a la presencia simultánea de otros virus gripales en circulación.
Por este motivo, ha recalcado la necesidad de sostener las medidas habituales de protección frente a las infecciones respiratorias: uso de mascarilla en personas con síntomas y en personas vulnerables que permanezcan en interiores o espacios con escasa ventilación; lavado frecuente de manos; higiene adecuada de superficies de contacto y evitar, en la medida de lo posible, el contacto estrecho con personas enfermas.
Molero ha precisado que la protección de la vacuna frente a esta variante se conserva para los cuadros más graves, y ha recordado que la formulación antigripal incluye «como mínimo» un componente H3N2, otro del H1N1 del virus A y un tercero del tipo B.
Según ha indicado, «la vacuna está ahora mejor ajustada a esas mutaciones, aunque su efectividad dependerá de lo bien que coincida con los virus que estén circulando» en cada momento de la temporada gripal.
Uso responsable del sistema sanitario y señales de alarma
En otro orden, el portavoz de la semFYC ha remarcado la importancia de hacer un uso responsable de los recursos asistenciales y de fomentar el autocuidado en salud. En su opinión, en el actual contexto epidémico de gripe continúa recurriéndose «mucho los servicios sanitarios sin hacer uso responsable» de ellos, lo que contribuye a la sobrecarga de la atención primaria y hospitalaria.
Ha explicado que el incremento de la gripe ya es evidente en los centros de salud, mientras que el impacto en los hospitales suele apreciarse «con un decalaje de unas dos semanas». No obstante, ha matizado que, por el momento, las tasas de ingreso «se mantienen realmente como en otros años».
Entre los signos que deben motivar consulta médica, Molero ha enumerado «la dificultad para respirar, la fiebre que persiste más de tres o cuatro días por encima de 38,5 grados, el empeoramiento repentino, el dolor constante en un costado o los síntomas digestivos graves que impiden la hidratación».
Ha reclamado además prestar «especial atención» a estos síntomas en grupos de mayor riesgo, como las personas mayores de 60 años, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, quienes padecen patologías crónicas, los pacientes inmunodeprimidos, así como las personas institucionalizadas o con elevada dependencia funcional.
Para concluir, ha recordado que «la gripe no tiene un tratamiento curativo», por lo que las recomendaciones se centran en reposo, buena hidratación, analgésicos para aliviar los síntomas y medidas para evitar la transmisión, entre ellas el uso de mascarilla y la restricción de contactos durante los primeros días de la enfermedad.










