Una adecuada “preparación emocional adecuada ayuda a vivir la Navidad con más equilibrio y bienestar”, de forma que “gestionar expectativas, normalizar emociones complejas y respetar los propios límites contribuyen a afrontar estas fechas con mayor serenidad”, según señala la psicóloga del Centro Médico Quirónsalud Jaén, María del Carmen de Loma-Ossorio, cuya referencia hospitalaria es el Hospital Quirónsalud Córdoba para asegurar la continuidad asistencial cuando sea preciso.
Tal y como ha comunicado el Hospital Quirónsalud Córdoba en una nota informativa, la especialista ha expuesto que “aunque la Navidad es un periodo tradicionalmente asociado a celebraciones y reencuentros, no todas las personas viven estas semanas desde la alegría”, ya que “expectativas demasiado altas, balances de fin de año, dinámicas familiares tensas o la presión social por 'disfrutar' pueden generar un impacto emocional considerable”.
De Loma-Ossorio ha apuntado que una buena preparación interna facilita transitar estas fiestas “con más serenidad, flexibilidad y fortaleza”, recordando que es frecuente sentir emociones encontradas, que van desde la ilusión por los encuentros hasta la nostalgia por quienes faltan o el agotamiento acumulado a lo largo del año.
En este sentido, asumir esa mezcla emocional sin criticarla es, según explica, un paso clave para disminuir la autoexigencia. “La idea de que todo debe ser perfecto crea más malestar que la propia emoción. Comprender que la ambivalencia forma parte de estas fechas alivia y libera”, ha señalado.
Gran parte del malestar típico de la Navidad procede de expectativas poco ajustadas, tanto propias como de los demás. “La imagen social de celebraciones impecables o familias sin conflictos --ha afirmado--, alimenta comparaciones que rara vez coinciden con la experiencia real”. Por eso, invita a “flexibilizar la mirada y centrarse en lo que sí es posible, sin exigirse más de lo necesario”.
También propone anticipar los momentos que suelen resultar incómodos, como ciertas conversaciones sensibles o tensiones familiares repetidas, para reducir la sobrecarga emocional. Establecer límites, retirarse a tiempo o pedir una pausa para respirar son, a su juicio, recursos útiles para conservar la calma. La psicóloga destaca igualmente el papel de una comunicación asertiva, que facilite expresar necesidades de manera clara y respetuosa, protegiendo al mismo tiempo las relaciones.
NAVIDAD EN SOLEDAD
Muchas personas no disponen de una red familiar o social con la que compartir estos días y, en su caso, la Navidad puede “intensificar la sensación de aislamiento”. Para ellas, De Loma-Ossorio sugiere “crear rituales personales que aporten bienestar, como caminar, leer, escribir o practicar respiración consciente, y buscar espacios comunitarios o actividades significativas que ofrezcan conexión”.
En esta línea, ha recalcado que “no hay una única manera válida de celebrar estas fechas”, ya que “cada persona tiene derecho a vivirlas a su ritmo y desde su propia realidad emocional”.
La especialista remarca, por último, que “el autocuidado no es una actitud egoísta, sino una forma de llegar más presente y de manera más equilibrada a los encuentros realmente importantes. Concluir el año desde la amabilidad hacia uno mismo contribuye a que las fiestas puedan vivirse desde un bienestar más honesto y sostenido”.