El reconocido cardiólogo Valentín Fuster, al frente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha destacado la importancia de investigar más a fondo la relación entre el deterioro cognitivo y la salud cardiovascular para desarrollar estrategias preventivas más efectivas.
Durante el simposio internacional ‘Understanding the Neurovascular Network to Prevent Dementia’, organizado por el CNIC y la Fundación Ramón Areces, Fuster y otros expertos debatieron sobre el rol crucial de la red neurovascular en la lucha contra la demencia, un reto significativo para la salud mundial en este siglo.
“Las enfermedades cardiovasculares se reconocen como la causa subyacente de una amplia gama de síndromes cognitivos, definidos como deterioro cognitivo vascular y demencia. Asimismo, varios estudios han subrayado el papel de las enfermedades cardiovasculares y los factores de riesgo cardiovasculares y metabólicos como coadyuvantes en la expresión de otros tipos de demencia, principalmente la enfermedad de Alzheimer”, explicó Fuster.
Además, señaló que “se sabe poco sobre su interacción durante sus largas fases preclínicas y cómo se influyen entre sí”, destacando la “necesidad urgente” de comprender mejor estos mecanismos para actuar en prevención.
En el evento, destacados investigadores como David Attwell y Andy Shih, entre otros, presentaron avances en la enfermedad de pequeño vaso cerebral y la función de los capilares, subrayando que la integración de biología vascular y neurociencia es vital para prevenir el envejecimiento cerebral y la demencia.
Marta Cortés-Canteli del CSIC remarcó que la salud cardiovascular es un “pilar fundamental” en la patogénesis del Alzheimer, indicando que “la prevalencia de Alzheimer se triplica en individuos con aterosclerosis, y el aumento de la placa de ateroma se asocia directamente con una disminución del metabolismo cerebral y un aumento de marcadores de muerte neuronal en sangre”.