QUIÉN ES QUIÉN
A MANO ALZADA
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha sentenciado a un hombre a cumplir 11 años de reclusión por abusar sexualmente de la hija menor de su compañera sentimental en Bilbao. De acuerdo con la resolución judicial, los abusos empezaron cuando la menor tenía 10 años, en 2008, y se extendieron hasta el año 2013. La afectada dejó la casa familiar en 2021 y presentó una denuncia en octubre de 2022, informó el TSJPV.
Valoración del testimonio de la víctima
El tribunal ha valorado positivamente la declaración de la víctima por su «coherencia interna, sin contradicciones relevantes», destacando que los puntos clave de su testimonio «no han cambiado desde que interpuso la denuncia hasta el juicio».
«Su testimonio es claro, sin ambigüedades de ningún tipo, ausente de contradicciones y preciso», señaló la Audiencia de Bizkaia, descartando que la declaración de la víctima estuviera motivada por resentimiento, venganza o enemistad hacia el acusado.
Además, el tribunal señaló que la versión de la víctima recibió «corroboraciones objetivas externas de naturaleza personal y pericial sobre la conducta del acusado», las cuales no fueron refutadas por la defensa.
Esto constituye «prueba de cargo suficiente y practicada con todas las garantías en el plenario para enervar el derecho a la presunción de inocencia» del acusado, aprovechándose de una «relación de superioridad» por ser la pareja sentimental de la madre y padrastro de la víctima.
El tribunal también determinó que no se demostró que el acusado «guiado con la finalidad de menoscabar la integridad moral» de la víctima, «propusiera en varias ocasiones a sus amigos o a ella misma mantener relaciones sexuales entre sí que llegaran a materializarse».
«No se ha contado con prueba alguna, más allá del relato de la víctima que en este particular se aprecia insuficiente al conllevar necesaria la intervención de terceras personas de cuya existencia ni siquiera se ha tenido constancia en la causa», concluyó la Audiencia de Bizkaia.
Además de la condena de cárcel, se ha ordenado que el acusado compense a la mujer con 35.000 euros por daños morales. Esta sentencia no es definitiva y puede ser apelada ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
