El Debate sobre el Estado de la Nación de 1991, la última intervención de Suárez

El mercado único europeo, la especulación por el precio de la vivienda o el fin de la mili, protagonizaron la despedida del expresidente de la Carrera de San Jerónimo, a la que había llegado en 1967 como procurador

Adolfo Suárez interviene en el debate de investidura de Felipe González en 1989 | M. POVEDANO / CONGRESO

El 20 de marzo de 1991 Adolfo Suárez subió por última vez, probablemente sin ser consciente de ello, a la tribuna del hemiciclo. Dos meses después, tras la celebración de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, dimitió como presidente del Centro Democrático y Social (CDS) y a finales de octubre el expresidente del Gobierno renunció a su acta de diputado. No consta en el archivo del Congreso que tras su intervención en el Debate sobre el Estado de la Nación de 1991 volviese a intervenir en la Cámara.

Con ese discurso que Demócrata recupera en el décimo aniversario de su fallecimiento, el que fuera el primer presidente de la democracia se despedía de la Carrera de San Jerónimo a la que había llegado en 1967 como procurador del tercio familiar. Un año antes las Cortes Franquistas habían aprobado la Ley Orgánica del Estado en un intento de apertura del régimen, que presentaba como novedad la elección de dos representantes por provincia elegidos por el voto de los cabeza de familia y las mujeres casadas.

Entonces Suárez salió elegido por la provincia de Ávila, circunscripción que luego cambiaría por Madrid en la que ya en democracia logró revalidar su acta como diputado en las sucesivas elecciones desde 1977 hasta 1989. En total, en el Palacio de las Cortes pasó 24 años en los que vivió desde su escaño el final de la dictadura, pilotó el tránsito a la democracia y presenció el despegue y progreso de la España de finales del s. XX.

La cuestión europea

En 1991 la actualidad y el debate nacional pasaba por el futuro mercado único europeo, uno de los mayores logros de la UE que debía cristalizar el 1 de enero de 1993 y del que España era parte. Esta es la razón por la que Felipe González, como presidente del Gobierno, inició su intervención en el Debate sobre el Estado de la Nación haciendo alusión a la construcción comunitaria.

González se refiere a la «construcción europea» como el tema fundamental de la legislatura

También se refirió a los esfuerzos que hubo que realizar para superar las barreras técnicas, jurídicas y burocráticas: «España tiene que integrar las decisiones contenidas en el Acta Única Europea que nos llevarán al mercado interior en el año 1993 y somos conscientes del esfuerzo que hay que seguir realizando en los próximos años. Todo esto plantea una tarea de convergencia económica, cohesión social y corresponsabilidad política».

En su turno, Suárez como portavoz del Grupo Parlamentario de CDS, mostró su predisposición el ejecutivo en materia europea: «Es evidente que el proceso de reformas, ambicioso y rápido que necesitamos desarrollar los españoles, puede generar tensiones en la sociedad. Por ello, creemos conveniente que se establezca un marco de política económica y social entre los grupos políticos».

Suárez se muestra «dispuesto a mantener nuestra cooperación crítica y constructiva»

Además, se manifestó partidario de una UE «lo más integrada posible, tanto en el plano económico como en el político, y para lograrlo debemos estar dispuestos a hacer cuantos esfuerzos de adaptación sean precisos».

Vivienda: «un coste absurdamente inflado»

En otro punto destacado de su discurso, el expresidente reiteró las discrepancias que mantenían con el Gobierno en materia de vivienda: «Creemos que el coste de la vivienda está absurdamente inflado por la gigantesca especulación del suelo que ha generado la falta de infraestructuras».

Suárez reconoce las discrepancias que mantiene en política de vivienda con el Gobierno

Suárez propuso en nombre del CDS reformar o modificar la entonces reciente Ley del Suelo para controlar la especulación. Por otro lado, González en su respuesta se defendió haciendo hincapié en el reparto de las competencias: «Podríamos llegar a un acuerdo con las Comunidades Autónomas para que se devuelva y se pueda organizar una política de vivienda. Mientras tanto, los instrumentos que tenemos en la mano son los que utilizamos».

Por un ejercito profesional

Al inicio de la década de los noventa con la caída del muro de Berlín se alejaba en Europa la preocupación por una Guerra Fría. Para el líder del CDS esa nueva realidad ponía fin a «la necesidad de mantener en la Europa continental democrática ejércitos numerosos».

Suárez sostiene que el nuevo escenario ya no justifica el servicio militar obligatorio

«Si queremos tener unas Fuerzas Armadas que gocen del aprecio de la sociedad, debemos encaminarnos al modelo de ejército profesional», sentenció Suárez diez años antes de que el Gobierno de José María Aznar pusiese fin al servicio militar obligatorio.

Aunque González no compartía esa necesidad de profesionalización llamó a mantener un debate específico al respecto:

González es partidario de la tesis de Suárez

Una carga que va en el sueldo

En la última réplica que le correspondía al CDS en el Debate sobre el Estado de la Nación, Suárez quiso tener un guiño con González que previamente se había lamentado de que sus grandes decisiones siempre se tergiversaban. «De eso tengo yo una gran experiencia de mi etapa de presidente, cuando usted era jefe de la oposición«, bromeó desde la tribuna.

Suárez le recuerda a González su etapa en la oposición

También desde su experiencia como expresidente consideró que el sometimiento a la opinión pública «va en el sueldo, que es poco, y en la responsabilidad de la carga, que es mucha».

La oportunidad del diálogo

A pesar de las discrepancias mencionadas, el intercambio de argumentos entre el expresidente y el presidente socialista se mantuvo en todo momento en un tono cordial: «Quiero agradecer su contestación a la intervención que en nombre del CDS he tenido».

En la que si saberlo fue su última intervención en el Pleno del Congreso como diputado, Suárez llamó a la búsqueda del acuerdo a pesar las diferencias: «Hay grandes oportunidades para el diálogo».

Suárez destaca la existencia de posiciones cercanas con el Gobierno

«Cuando hay posiciones cercanas y hay racionalidad en la necesidad de llegar a acuerdos, a mí me importa muy poco lo que digan los demás de lo que hace nuestro Grupo Parlamentario. Muchas gracias». Con estas palabras, las últimas que el Diario de Sesiones del Congreso atribuye al expresidente, se despidió del hemiciclo en el que había pasado un tercio de su vida.

El artífice de la Transición dejó como legado en su adiós de la Cámara una apelación al consenso.

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