Un nuevo salto de la inteligencia artificial generativa

Francisco Pérez Bes ahonda en el debate abierto sobre el impacto laboral que va a tener la robótica mejorada con inteligencia artificial, los avances en esta tecnología así como distintos modelos de lenguaje de IA y sus diferencias.

Los de mi generación tenemos la sensación de que mucho de lo que veíamos en las películas de ciencia ficción se ha ido haciendo realidad. La duda es si aquellas se basaban en los avances científicos de la época (esto no me preocuparía), o eran los científicos los que, condicionados por las películas, trataban de replicar lo que habían visto en aquellas, aunque muchas de ellas no tuvieran un final feliz (esto me preocuparía algo más).

Lejos de aquellos grandes clásicos que mostraban una realidad en la que los humanos convivían con humanoides (o luchaban contra ellos), este pasado año hemos vuelto a ser testigos de varios estrenos, tales como Robot de compañía, After Yang o The Creator, que volvían a presentar un futuro distópico en el que robots antropomórficos soportados por inteligencia artificial compartían existencia con personas físicas, a las que debían servir y proteger, cuando no, cuidar.

Aparte de estos ejemplos, seguimos viendo otros avances tecnológicos (como el caso de Neuralink), que parece permitir a personas mover objetos, como si tuvieran poderes telequinéticos; o como otras tecnologías de lectura de ondas cerebrales permiten representar los pensamientos de una persona, y que parece ser el inicio de la tan soñada telepatía.

Modelos de lenguaje e IA

En la actualidad nos encontramos inmersos en una etapa de la evolución regida por una tecnología, la inteligencia artificial, cuya evolución se ha acelerado estos últimos meses de un modo que casi no alcanzamos a seguir, y mucho menos a predecir hacia donde se dirige o cuál es su verdadero potencial.

Estos últimos tres años hemos visto cómo la Unión Europea ha tratado de regular el desarrollo y uso de la inteligencia artificial

Sin embargo, estos últimos tres años hemos visto cómo la Unión Europea ha tratado de regular el desarrollo y uso de la inteligencia artificial, cuya evolución le ha obligado -incluso- a tener que actualizar su propuesta de Reglamento para poder incorporar los modelos de lenguaje generativos de gran escala (comúnmente conocidos como Large Language Models o en sus siglas LLM), que se centran en tareas de procesamiento del lenguaje natural.

Sin casi tiempo para digerir una disrupción como esta, surgen los VLM (siglas en inglés para Vision Large Models), como modelos de IA diseñados específicamente para tareas relacionadas con la visión por ordenador, centrados en el procesamiento de imágenes y vídeos.  

¿Conviviendo con robots?

Dicho con otras palabras, hemos conseguido que la IA pueda hablar y escribir, y ahora, también, a reconocer imágenes y objetos. ¿Deberíamos seguir evolucionando e incorporar todos esos avances en una estructura antropomórfica, similar a la de AMECA que se presentó en el MWC de 2024, para que interactúe con las personas?

Hemos conseguido que la IA pueda hablar y escribir, y ahora, también, a reconocer imágenes y objetos

Estos nuevos modelos de VLM también se basan en arquitecturas de redes neuronales profundas, para aprender patrones y clasificar características visuales a partir de grandes conjuntos de datos de imágenes, utilizando para ello técnicas de aprendizaje automático y de aprendizaje profundo, mientras continúan avanzando en su capacidad para comprender y procesar información visual de manera efectiva.

Otra realidad que muestra la rapidez con la que se obtienen avances significativos tiene la forma de robot y ha sido construido por la empresa Figure, bajo el nombre de Figure 01. Como puede verse en el vídeo que encabeza su página web, , describiendo lo que está haciendo y conversando con la persona, y llevando a cabo tareas útiles por su cuenta (como recoger los platos o entregar objetos a una persona).

Incorporación de androides y su impacto

A nivel corporativo, ya ha habido empresas que han anunciado la adquisición de cientos de ejemplares para trabajar en sus cadenas de montaje, sustituyendo a las personas que desarrollaban esas tareas, argumentando que eran actividades peligrosas. Con respecto al impacto laboral que va a tener la robótica mejorada con IA, el debate sigue abierto.

Hay empresas que ya han anunciado la adquisición de ejemplares -robots- para trabajar en sus cadenas de montaje, sustituyendo a personas que desarrollaban esas tareas

No obstante, la cuestión no se centra en si se puede hacer (que ya hemos visto que sí) sino en si se deberían diseñar robots basados en inteligencia artificial, con fisionomía humana y que comiencen a interactuar con nosotros, teniendo en cuenta que en siguiente paso será el de que convivan con los humanos, tal y como vemos en las películas.

Si se opta por no restringir esta tendencia, habrá que comenzar a pensar en ciertas normas y limitaciones, no sólo a nivel social, sino también legislativo, que comiencen a regular esta convivencia y las responsabilidades de los propietarios de este tipo de humanoides como se ha regulado la propiedad y cuidado de animales, pero teniendo en cuenta otros aspectos que, desde una óptica ética, deban regir dicha convivencia.

SOBRE LA FIRMA
Francisco Pérez Bes es socio en el área de Derecho Digital de Ecix Group y ex Secretario General del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
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