El sector hostelero ha afianzado su recuperación a lo largo de este año y, tras varios ejercicios de fuerte expansión tras la pandemia, ha pasado a un escenario de crecimiento más sostenido y moderado. En este nuevo contexto, las previsiones de Hostelería de España para 2026 señalan un avance anual de hasta un 3% y unos niveles de empleo en línea con los registrados en 2025.
El Anuario 2025 de la patronal apunta a que la facturación al cierre del ejercicio se situará entre un 2% y un 4% por encima de la de 2024. No obstante, en términos de rentabilidad, el comportamiento será más débil o similar al observado hasta septiembre, cuando se mantuvo prácticamente estable, con una media un 4,7% superior a la del año anterior.
Por segmentos, la restauración registró en los primeros meses de 2025 un aumento de la facturación del 3,1%, aunque sufrió un ligero retroceso del 0,9% en su rentabilidad. El alojamiento, por el contrario, mostró un avance más intenso, con un incremento de los ingresos del 7,6% y una mejora de la rentabilidad del 2,1%.
En el mercado laboral, la evolución ha sido positiva y muy similar a la de 2024, con cifras récord de ocupación. El número de trabajadores se ha incrementado en torno a 40.000 personas respecto al año previo, hasta una media cercana a 1,89 millones de empleados, superándose la barrera de los 2 millones durante los meses centrales del verano.
La vicepresidenta y directora general del área de establecimientos de American Express para Europa continental, Julia López, responsable de la elaboración del informe, subrayó que la restauración es “un sector clave” y “uno de los motores económicos” del país, por lo que la compañía considera que respaldar a los restaurantes es también “una forma de impulsar el talento y la identidad local”.
En la misma línea, el presidente de Hostelería de España, José Luis Álvarez Almeida, definió al sector como “un motor económico” y “de generación de empleo”, además de ser “clave desde el punto de vista social”.
Álvarez Almeida incidió en que muchas empresas hosteleras están viendo mermada su rentabilidad por factores externos como “el incremento de los costes, el estrés regulatorio, la falta de relevo generacional o el incremento de la fiscalidad”, elementos que sitúan a numerosos negocios en una coyuntura “muy vulnerable”.
Aunque las previsiones apuntan a que en 2026 la actividad continuará creciendo, el informe anticipa que seguirán pesando cuestiones como la inflación, el encarecimiento de los costes operativos, las variaciones en el poder adquisitivo de los consumidores y la presión fiscal, que continúa siendo “uno de los principales problemas a los que se enfrentan los negocios hosteleros”.
Las proyecciones también recogen que la renta disponible de los hogares continuará reduciéndose, con un avance de los precios nuevamente por encima del crecimiento de los salarios. Al mismo tiempo, el turismo internacional “refleja una progresiva desaceleración” y la demanda interna empieza a mostrar cierta debilidad, moderándose el dinamismo que se había generado tras la crisis sanitaria.
En este escenario, las perspectivas para 2026 dibujan un entorno en el que primarán la búsqueda de eficiencia y la mejora de la rentabilidad, con un peso creciente de la digitalización, la sostenibilidad en sus dimensiones medioambiental, social y económica, y la diversificación como ejes estratégicos para sostener la competitividad y encarar los desafíos del mercado.
Según la organización sectorial, la hostelería deberá “adaptarse a las demandas cambiantes de los consumidores”, y resulta “fundamental” que los negocios sepan detectar y aprovechar las nuevas oportunidades de consumo vinculadas a las tendencias emergentes.