Ryanair ha anunciado un recorte de un millón de asientos (-22%) y la cancelación de 20 rutas en Bruselas en su programación de invierno 2026-2027, una decisión que la aerolínea vincula a la “retrógrada decisión” del Ejecutivo belga de “duplicar su perjudicial impuesto sobre la aviación” hasta los 10 euros por pasajero a partir de 2027, además de la creación de una tasa adicional de 3 euros por viajero aprobada por el Ayuntamiento de Charleroi, municipio donde se ubica el aeropuerto en el que opera la compañía.
Este ajuste de capacidad conllevará también la retirada de cinco aviones basados en Bruselas, lo que, según los cálculos de Ryanair, se traducirá en una merma de inversiones valorada en 500 millones de dólares (429 millones de euros).
La aerolínea de bajo coste sostiene que el encarecimiento de los costes de acceso, que ya se incrementaron en julio un 150%, “hace que Bélgica sea totalmente incompetitiva” frente a otros mercados europeos como Suecia, Hungría, Italia o Eslovaquia, “donde los gobiernos están suprimiendo los impuestos” sobre la aviación.
En esta línea, la compañía defiende que si el Gobierno belga “realmente quiere reactivar la economía”, debería “suprimir este perjudicial impuesto” con el fin de impulsar el tráfico aéreo y el turismo.
Ryanair advierte de que, si no se elimina esta carga fiscal, “el tráfico belga se colapsará y las tarifas se dispararán”, tal y como, recuerda, ha ocurrido en otros mercados como Austria y Alemania.
La empresa ha remitido una carta al primer ministro belga, Bart de Werber; al ministro de Transportes, Jean-Luc Crucke; a la ministra de Aeropuertos de Valonia, Cécile Neven; y al alcalde de Charleroi, Thomas Dermine, instándoles a revertir estos incrementos impositivos.
El ajuste de capacidad en Bruselas se suma a los recortes que Ryanair ya ha aplicado en otros países por motivos similares. En España, por ejemplo, ha retirado hasta tres millones de asientos en aeropuertos regionales tras el incremento de tasas de Aena “por su poca competitividad”.
La compañía también ha reducido operaciones en Alemania, Francia, Austria, Estonia, Lituania y Letonia, reiterando que las subidas de tasas merman su competitividad y condicionan su presencia en estos mercados.










