Von der Leyen reta al Parlamento a mantener su modelo de flexibilidad para el próximo presupuesto

Los socialistas mantienen que los cambios propuestos por la Comisión Europea para el nuevo Marco Financiero Plurianual "son superficiales y no resuelven las preocupaciones reales expresadas como la renacionalización o el modelo de gobernanza"

Con el objetivo de contener las críticas del Parlamento Europeo, la líder del Ejecutivo comunitario ha ofrecido a los eurodiputados introducir algunos cambios sobre la arquitectura y modelo de gobernanza del próximo Marco Financiero Plurianual 2028-2034. La práctica totalidad de partidos en Bruselas venía amenazando a Ursula von der Leyen con aprobar una resolución en contra de la iniciativa si no se incluían sus principales peticiones. Pese a que todavía es pronto, la Eurocámara puede vetar la tramitación de la iniciativa en las últimas fases de las negociaciones.

¿Por qué llegan ahora estos cambios? Ursula von der Leyen ha tenido que hacer frente esta misma semana a un debate en la Eurocámara acerca de su propuesta de presupuesto a largo plazo. Ante la cita, los grupos que apoyaron su investidura y que conforman la llamada «mayoría proeuropea» (PP + PSOE + Liberales + Verdes) remitieron una carta a la alemana censurando la iniciativa desde su base.

Explican que se utiliza el modelo del Fondo de Recuperación y Resiliencia (MRR) como “modelo para el gasto en gestión compartida después de 2027”. Además, alertan de que esto podría llevar a “una Unión a la carta”, donde las decisiones nacionales centralizadas pasarían por alto las prioridades de la UE.

Política agraria

La nueva propuesta de la Comisión para el presupuesto a largo plazo prevé una cantidad mínima de 300.000 millones para la Política Agrícola Común (PAC). Este mínimo se complementaría con recursos no asignados para financiar medidas adicionales, iniciativas de cooperación local o apoyo a las regiones ultraperiféricas.

Se quiere asegurar que los recursos asignados a las intervenciones de la PAC cumplan con la cantidad mínima reservada, asegurando que las áreas rurales prosperen económica, social y ecológicamente. Así, para cumplir con el objetivo rural, el Ejecutivo comunitario espera que las regiones construyan una agenda consistente de medidas que aborden los desafíos específicos de las áreas rurales.

Von der Leyen ha expresado que, mediante el “objetivo rural”, se garantizará la financiación en estos territorios. Así, ha sacado pecho de la propuesta de que los ingresos de los agricultores se ajusten con la inflación. “Porque los agricultores europeos nos proporcionan alimentos de primera calidad y vida a nuestro campo”, dice la presidenta.

¿Quién decide?

Otra de las cuestiones que habían censurado los eurodiputados era el modelo de gobernanza que el nuevo marco presentaba. Ahora, se ha establecido que se prevea explícitamente la posibilidad de tener capítulos regionales (Artículo 21). Se requerirá que los Estados miembros garanticen que todas las autoridades competentes estén cubiertas. De esta manera, se plantea una “verificación regional” (regional check) en los requisitos del PNR para asegurar una verificación exhaustiva involucrando a autoridades públicas regionales, locales, urbanas y rurales.

“La gobernanza de la cohesión permanece igual”, ha asegurado la líder del Ejecutivo comunitario, que ha explicado que la verificación que se introduce garantizará “que las realidades locales estén en el núcleo de los planes, además de salvaguardias específicas para asegurar la continuidad de la inversión en regiones en transición y más desarrolladas”.

En la Eurocámara se insiste en que la política de cohesión no puede ser “diseñada y gestionada exclusivamente por los gobiernos centrales nacionales”. Del mismo modo, exigen que las negociaciones directas y continuas entre las regiones y la Comisión sean “legalmente obligatorias” para fortalecer el papel de las autoridades regionales y locales.

La flexibilidad se queda

“Mi mensaje es simple: tenemos que cambiar la forma en que gastamos”, han sido las palabras de Von der Leyen ante el Pleno de la Eurocámara. La presidenta ha defendido el nuevo modelo de flexibilidad que el próximo Marco Financiero plantea. “Hoy trabajamos con un presupuesto diseñado en 2018, para un mundo totalmente distinto. Y hoy debemos decidir para el mundo de 2034, que podría estar profundamente transformado por la geopolítica o la inteligencia artificial”, ha defendido la máxima dirigente comunitaria al pedir una planificación estratégica a los legisladores.

La flexibilidad de la Comisión se lograría fusionando políticas y fondos —se ha propuesto combinar catorce fondos existentes—, pero el Parlamento exige mantener la estructura separada de las políticas clave.

En la Comisión Europea esperan unas “negociaciones largas y difíciles” hasta llegar a un acuerdo para el MFP. Por eso, la presidenta ha advertido a los eurodiputados del coste que podría tener un retraso en su aprobación. “El coste de cualquier retraso lo pagarán las regiones que esperan inversión, los investigadores que posponen proyectos y los agricultores que viven en la incertidumbre. En definitiva, lo pagará cada europeo”, ha advertido.

Una de las principales novedades planteadas por la Comisión en el próximo plan presupuestario es el Fondo de Competitividad, una herramienta que busca impulsar la investigación y la innovación “en fortaleza industrial y empleos de calidad”. El fondo operará mediante una única ventanilla y un único reglamento, “para que todas las empresas, en todos los Estados miembros y regiones, puedan acceder fácilmente”. El Ejecutivo comunitario asegura que esta es su respuesta al llamamiento de Mario Draghi, como “una nueva forma de financiar la competitividad”.

No convence

En los últimos días, la alemana ha venido buscando la confianza de la Eurocámara para suavizar el tono de las conversaciones. En este sentido, ha puesto a disposición a sus comisarios “para mantener un diálogo regular, dentro y fuera del grupo de contacto”. “El nuevo presupuesto es una oportunidad para transformar nuestra Unión para mejor y para siempre”, sostiene Von der Leyen.

“Hemos escuchado las opiniones de todas las partes”, dijo la dirigente en una carta firmada el domingo y remitida a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, en la que defendía que la propuesta “respeta el equilibrio institucional de la Unión y refuerza el papel de ambos brazos de la autoridad presupuestaria”.

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La líder de los socialistas europeos, Iratxe García Pérez, ha expresado su descontento con los cambios presentados por Von der Leyen. A su parecer, lo propuesto “no es una rectificación, es un cierto maquillaje”. Desde su grupo piden que se refuerce la cohesión, la agricultura y la inversión social. “¿Dónde está la política de cohesión para todos los tipos de poblaciones? Esto me suena a no decir cuánto dinero hay para que no haya transparencia. No se puede hacer más con menos”, ha afeado García Pérez.

La formación de García Pérez sostiene tras el debate que se trata de cambios superficiales “que no resuelven las preocupaciones reales expresadas”. Fuentes socialistas, a las que ha tenido acceso Demócrata, sostienen que persiste el riesgo de renacionalización, así como que el papel del Parlamento Europeo queda relegado.

Esas mismas fuentes afirman que, pese a que mantienen su compromiso de trabajar de forma constructiva con la Comisión, su principal objetivo es contar con un MFP “ambicioso y adecuado a los desafíos del contexto global actual”. “Esto solo puede ocurrir con una propuesta enmendada que refleje de manera significativa las peticiones clave del Parlamento”, concluyen.

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