El Gobierno afronta este jueves la votación del Pleno del Congreso a la senda de déficit sin muchas esperanzas. Desde el Ministerio de Hacienda dan por hecho que será rechazada y habrán de presentar otra, cuyo destino, admiten, no será distinto ya que las cifras serán las mismas.
Pocos son los votos que el Ejecutivo tiene garantizados a su senda de déficit más allá de PSOE y Sumar. Partido Popular, Vox y UPN, como era esperable, han confirmado su ‘no’, al igual que Junts.
La formación liderada por Carles Puigdemont lleva semanas anticipando su oposición. En concreto, desde que anunciaron la ruptura de relaciones. Su postura no ha cambiado. “Vamos a tumbarla. No habrá senda ni habrá Presupuestos, las relaciones están rotas”, esgrimen fuentes parlamentarias consultadas por Demócrata.
Podemos y la diputada de Compromís adscrita al Mixto, Águeda Micó, tampoco la apoyarán, aunque en su caso, se decantarán por la abstención.
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sí que facilitará la tramitación de la senda, tal y como han confirmado fuentes de la formación consultadas por Demócrata. Lo harán como gesto, un “primer paso hacia la negociación de los Presupuestos”. Será entonces cuando den batalla. “Si el PSOE espera cualquier otro avance, antes deberá cumplir con los pactos firmados y especialmente con la financiación singular”, añaden.
Con todo, las mismas fuentes lamentan que los objetivos de déficit no les gustan porque “siguen siendo recentralizadores y poco ambiciosos”. Además, el Grupo Republicano insiste en que es urgente reformar el sistema de financiación: “Para Cataluña, la financiación singular debe dar respuesta al déficit fiscal y respetar la ordinalidad”.
Por su parte, los grupos vascos, EH Bildu y PNV, harían lo propio, al igual que BNG y, posiblemente, Coalición Canaria.
Moncloa insiste en que no entiende la postura de algunos partidos porque la senda de déficit da más margen a las CCAA, unos 5.485 millones de euros, para ser exactos. “Es absurdo que renuncien, es tirarse piedras contra su propio tejado”, dijo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Las cifras
La senda plantea para 2026 un -2,1%; mientras que para el 2027 y el 2028 se propone un -1,8% y -1,6%.
La Seguridad Social siempre tiene déficit y su proyección es del -0,2% para el 2026 y el 2027, y del -0,1% para el 2028. Las entidades locales, en este caso es cero.
Por su parte, a las Comunidades Autónomas se les propone un déficit de -0,1% en los tres ejercicios; quedando para la Administración Central un -1,8% en 2026; un -1,5% para 2027 y un -1,4% en 2028.
En el caso en que se rechazara la senda, las CCAA perderían 5.485 millones de euros de capacidad de gasto en el periodo 2026-2028, por no hablar de que durante los tres años no verían incrementado su esfuerzo, manteniéndose el objetivo de estabilidad fijo en el -0,1%.
El límite de gasto no financiero para 2026 planteado por la senda asciende a 212.026 millones de euros, un aumento del 8,5% con respecto a 2025. El montante se incrementaría hasta los 216.177 millones al sumarse los fondos europeos que se ingresarán, 4.151 millones. El 2026 será el último curso en que se contará con este apoyo.
El techo de gasto contempla cerca de 23.000 millones en transferencias a la Seguridad Social (22.881 millones), el equivalente al 1,4% del PIB para cumplir con el Pacto de Toledo y garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Otra oportunidad
El Gobierno está obligado a realizar una nueva intentona si la primera senda no supera el trámite parlamentario. Ante el más que previsible rechazo, Hacienda ya ha adelantado que volverán a presentar las mismas cifras. Este nuevo calendario dilataría el proceso hasta el 11 de diciembre, el último Pleno del año.
Si cosechan una nueva derrota, se activará el equilibrio presupuestario y se utilizará la senda antigua. “Si las CCAA renuncian a disponer de esos recursos, la Administración Central estará encantada de acoger esos ingresos para desarrollar sus propias políticas”, explicó Montero.












