No habrá cambios en la regulación actual del uso de lenguas distintas al castellano en el Senado. La propuesta alternativa de reforma del Reglamento de la Cámara Alta presentada por senadores de ocho partidos no prosperará ante la negativa del Partido Popular, con mayoría absoluta en la institución. Aunque las posiciones de partida de cada formación estaban claras desde el principio, las intervenciones durante el turno de portavoces han reflejado la sima que existe entre el PP, UPN y Vox y los firmantes de la iniciativa (PNV, Junts, EH Bildu, ERC, Geroa Bai, Compromís, BNG, Geroa Bai y Eivissa i Formentera al Senat
El debate, cerrado por el senador popular Alfonso Serrano, ha terminado con los autores de la propuesta abandonando el Pleno, como protesta contra las últimas palabras del secretario general del PP en Madrid y parlamentario designado por la Asamblea de Madrid. El ‘no’ de los populares se traduce en el punto y final en la tramitación de la iniciativa.
¿Qué proponen los nacionalistas en el Senado?
Con motivo de la toma en consideración de dos proposiciones de reforma del Reglamento del Senado registradas por el Grupo Popular, 22 senadores de ocho partidos (EH Bildu, PNV, Junts, ERC, Geroa Bai, Compromís, BNG y Eivissa i Formentera al Senat) planteaban una modificación alternativa por la que piden adaptar la norma por la que se rige el funcionamiento de la Cámara Alta con el fin de extender el uso de las lenguas cooficiales a todas las actividades y ámbitos de la institución.
En esencia, que en el Senado se aplique el mismo régimen lingüístico que se aprobó en el Congreso al comienzo de esta legislatura, un requisito impuesto por Junts y ERC para apoyar la candidatura de Francia Armengol como presidenta de la Cámara Baja.
Para ello proponían reescribir o suprimir por completo o en parte 13 artículos, con el fin de que el empleo de «cualquier lengua que tenga el carácter de oficial en alguna Comunidad Autónoma» se pueda usar en todas las intervenciones en la Cámara: Pleno, comisiones, Mesas, Junta de Portavoces o cualquier acto o actividad de representación oficial.
Lo anterior también aplicaría a los escritos dirigidos o registrados en el Senado por parte de legisladores o ciudadanos, sin necesidad de ir acompañados de su traducción en castellano, como se exige actualmente. La labor de traducción correría a cuenta de los servicios de la Cámara.
¿Qué uso de las lenguas permite ahora el Senado?
En estos momentos, el Senado permite usar lenguas diferentes al castellano en la intervención inicial de la Presidencia al comienzo de la legislatura, en los debates de mociones, en la Comisión General de las Comunidades Autónomas y en la presentación y registro de escritos, siempre que vayan acompañados de su traducción en castellano.
Por un uso «normalizado y sin restricciones»
Durante el debate, los representantes de los diferentes partidos han coincidido en reivindicar el reconocimiento de la diversidad cultural en España y que esta tenga su reflejo en la institución. Así, la portavoz del Grupo Vasco (PNV), Estefanía Beltrán de Heredia, ha abogado por un «uso normalizado y sin restricciones» de las lenguas cooficiales al no existir «razones jurídicas ni técnicas para impedir» que legisladores y ciudadanos puedan dirigirse en su lengua a la Cámara Alta. Beltrán de Heredia ha manifestado el disgusto de su partido por «cruzada del PP» para impedir que el uso de las lenguas cooficiales sea reconocido en las instituciones europeas.
Por el Grupo Plural, donde conviven, Junts, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Coalición Canaria, la senadora gallega Carmen Da Silva ha tachado de «folclórico» el uso actual que se permite de estas lenguas en el Senado, mientras que Joan Bagué Roura (Junts) ha manifestado que esta es una «cuestión de máxima prioridad política» para su partido, al tiempo que ha recordado que la oficialidad del catalán fue condición imprescindible para la elección de Armengol y la investidura como presidente de Pedro Sánchez.
En las filas de ERC, su portavoz, Sara Bailac, ha cargado contra el PP por su rechazo a la propuesta y ha lamentado que el PSOE no la apoyara en su día, cuando daban los números, como cuando los nacionalistas la registraron en la legislatura pasada. Los compañeros de bancada de los republicanos en el Grupo de Izquierdas por la Independencia, EH Bildu, han seguido en la misma línea, preguntándose que por qué se puede usar el euskera en una moción, pero no en el debate de un proyecto o proposición de ley.
Alfonso Serrano enciende a los nacionalistas
El senador por Lanzarote y secretario cuarto de la Mesa, Manuel Fajardo ha hecho las veces de portavoz socialista en el debate. Aunque en sus dos intervenciones se ha centrado en las dos proposiciones de reforma del Reglamento registradas por el PP, sí ha dejado claro el apoyo del PSOE a la extensión en el uso de las lenguas cooficiales. Fajardo ha hecho un llamamiento al PP a negociar de forma amplia las modificaciones en el funcionamiento del Senado, incluida la cuestión lingüística.
El PP, como grupo mayoritario, ha cerrado el debate con la participación de Alfonso Serrano. El número dos de Isabel Díaz Ayuso en el PP de la Comunidad de Madrid ha sido tajante en su defensa y contraargumentación al resto de portavoces. Desde el Partido Popular rechazan la propuesta por que «no vamos a convertir esta Cámara en un instrumento de «un proyecto plurinacional que no existe». Ha esgrimiendo que la Cámara ya vehicula mecanismos de expresión en sus lenguas, pero que para los nacionalistas «nunca es suficiente».
En cuanto a las diferencias entre Cámaras, ha señalado que se la asimetría obedece a «un PSOE y un presidente del Gobierno dispuestos a entregarles todo (…) con tal de estar cinco días más en Moncloa». Hacia la última parte de su turno, Serrano ha acusado de «invisibilizar» o «perseguir el español» en sus respectivos territorios a quienes al mismo tiempo pretenden «hacer oficiales» sus lenguas en la Cámara. «Este debate no va de respetar y defender las lenguas», «va de si queremos sucumbir a las reivindicaciones nacionalistas», ha concluido el portavoz popular con una alocución final que ha provocado gritos y generado el rechazo de los senadores firmantes de la proposición, quienes han terminado abandonando el Hemiciclo.











