Aníbal Seminario García, ingeniero y exminero, ha declarado ante la Comisión de Investigación de la mina de Cerredo, criticando que los visados de proyectos gestionados por el Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas representan simplemente “un sacadinero” y se tratan solo como un requisito protocolario impuesto por la Dirección General de Minas sin una revisión efectiva del contenido por parte del colegio.
Seminario, quien se retiró en 2000 tras más de dos décadas en minas subterráneas de Asturias y Ponferrada, actualmente ocupa el cargo de secretario en el colegio. Durante su intervención, explicó que el proceso de visar proyectos tiene un fin económico y que, aunque es un requisito formal que “cuesta dinero al empresario”, “el contenido no se analiza”, ya que esa responsabilidad recae en la Dirección General de Minas. “El colegio solo pone un sello, y hasta donde yo sé nadie lo mira”, enfatizó.
Además, al ser preguntado sobre posibles incompatibilidades dentro del colegio para que miembros de la Junta Directiva visen sus propios proyectos, Seminario negó la existencia de cualquier normativa al respecto. “Que yo sepa, no hay ninguna incompatibilidad”, afirmó.
Respecto a su experiencia en minas similares a la de Cerredo, describió estas como “relativamente fáciles” por contar con ventilación natural y soluciones de desagüe ya implementadas, aunque mencionó que la dificultad principal reside en el laboreo de la capa, la cual varía según la potencia del yacimiento y la inclinación del terreno.
En cuanto al control de la actividad minera, señaló que un empresario podría engañar en la extracción de carbón si así lo deseara, basándose en la “buena fe” del empresario y del director facultativo durante las inspecciones, las cuales no siempre logran detectar irregularidades deliberadas. Sin embargo, defendió la competencia de los técnicos actuarios de la Dirección General, aunque reconoció que durante una inspección, “el director facultativo y la empresa tienen en su mano mostrar solo lo que quieren”.











