La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Aragón (ARAGA) ha lanzado una advertencia acerca de la “grave situación” que enfrentan los productores de cereales en las regiones aragonesa y española, subrayando una “emergencia” que pone en riesgo la continuidad de innumerables granjas familiares.
Según ARAGA, la causa principal de esta crisis es la “avalancha” de cereales importados, en su mayoría de Ucrania, y ha expresado su descontento con la “inaceptable pasividad” tanto del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España como de las autoridades europeas ante esta problemática.
En el año 2024, se importaron más de 10 millones de toneladas de cereal ucraniano, tras la decisión de Bruselas de eliminar los aranceles para apoyar a Ucrania, de acuerdo con datos de ARAGA.
Esto ha provocado una caída drástica de los precios locales, congestión en los puertos y una sobreabundancia que excede cualquier capacidad de regulación de los mercados nacionales. Los números son claros: en 2020, España importó de Ucrania 3.985.000 toneladas de productos básicos por un valor de 946 millones de euros.
Asimismo, las importaciones durante el año pasado alcanzaron 11.349.000 toneladas, valoradas en 2.974 millones de euros. Desde la eliminación de aranceles en 2022, las importaciones se han incrementado notablemente, lo que ha exacerbado la presión sobre los agricultores locales.
Por ello, ARAGA solicita de manera urgente la reintroducción de aranceles y la implementación de cuotas para regular la entrada de cereales extranjeros. Han advertido que si no se toman estas medidas, muchas granjas familiares podrían desaparecer, lo que tendría impactos devastadores en la industria agroalimentaria y en la economía rural.
La asociación hace un llamado a las autoridades nacionales y europeas para que intervengan de forma inmediata y coordinada, defendiendo los intereses de los productores españoles y asegurando la sostenibilidad del sector cerealista.