El Foro Económico de Galicia ha solicitado un enfoque global para abordar el relevo generacional en la agricultura, enfatizando la necesidad de adaptarse a las diversas demandas de los nuevos integrantes del sector, ante la insuficiencia de la sucesión familiar tradicional.
La organización ha presentado el estudio ‘O relevo xeracional no sector agrario galego: retos e oportunidades’, realizado por Edelmiro López Iglesias, profesor de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), y Francisco José Ónega López, investigador de la misma institución.
Como parte del contexto actual, López ha destacado la notable reducción de trabajadores en el campo en Galicia durante las últimas cuatro décadas, con un descenso hasta las 50.000 personas, en contraste con las más de 400.000 de 1985. Este fenómeno se acompaña de un envejecimiento significativo del sector, con solo un 3,5% de las 75.000 explotaciones dirigidas por menores de 35 años y casi la mitad, el 48,3%, por mayores de 65 años.
Las granjas jóvenes tienden a concentrarse en áreas de producción ganadera intensiva como el vacuno de leche y carne, porcino y aves, mientras que el envejecimiento predomina en las explotaciones menos especializadas y en determinados cultivos.
Ónega ha indicado que esta problemática no es exclusiva de Galicia, ya que «la preocupación» por el relevo generacional «ha ganado fuerza» en la Comisión Europea. “Tradicionalmente la agricultura era familiar y el relevo también, sin embargo, ya desde hace unos años desde el ámbito político ven que este relevo no es suficiente y es necesario contemplar una manera diferente”, señaló Ónega.
Para apoyar a los nuevos agricultores sin antecedentes familiares en el sector, se considera «necesario» proporcionar apoyo financiero, mejorar el acceso a la tierra, a la formación y la capacitación técnica, y ofrecer tutorización en sus inicios.
Esta iniciativa requiere una coordinación de diversas actividades, ya sean financiadas por fondos europeos, estatales o autonómicos.
En respuesta a preguntas sobre las posibles consecuencias de no abordar este relevo generacional, López advirtió que a medio y largo plazo podría impactar la producción de alimentos, la conservación de recursos naturales, la biodiversidad y la gestión del territorio.
«Lo que puede pasar es que el problema nos estalle en la cara con riesgos como el desabastecimiento alimentario o los incendios forestales. Por eso es relevante, no solo desde el punto de vista sectorial. Tiene mucha implicación», concluyó López.