Jordi Cros, un ganadero de Girona, se ha visto obligado a vacunar a sus más de 450 vacas lecheras, situadas a solo cinco kilómetros de un brote de dermatosis nuclear contagiosa (DNC) identificado en Peralada. Cros ha expresado su preocupación ante la situación: “El trabajo de tres generaciones está en peligro”.
Según ha informado a Europa Press, el descubrimiento inicial del DNC en Catalunya generó una gran confusión y falta de información, propagada a través de los grupos de WhatsApp de los agricultores locales, lo que complicó la respuesta inicial a la enfermedad.
Marta Reixach, a cargo de 400 vacas de engorde en Borrassà y situada a 17 kilómetros de otro foco en Castelló d’Empúries, comparte esta percepción: “Todo lo que sabemos es por Unió de Pagesos, falta información”.
Lluís De La Cámara, quien maneja 65 vacas de carne en Agullana, critica la comunicación de la Generalitat durante esta crisis sanitaria, señalando la falta de datos tranquilizadores: “Ahora todas las vacas y los terneros ya están vacunados, pero… ¿Y si sale un caso en la granja? Seguimos en alerta y nerviosos”, admite.
PROCESO DE VACUNACIÓN
Cros lamenta retrasos en la vacunación de su granja debido a la burocracia. Por otro lado, Reixach describe medidas adicionales como la aplicación de insecticida y la desinfección de vehículos, manteniendo la granja cerrada y bajo estricto control.
CAMBIOS EN LA OPERATIVA
La crisis ha modificado también la logística y los costos operativos, como en el caso de Reixach, que ahora debe adquirir el pienso desde Moià a 150 kilómetros de distancia. De La Cámara observa una disminución en el ánimo de los animales tras la vacunación.
RESPUESTA DE LA GENERALITAT
Con 18 focos de DNC en Catalunya, la Generalitat afirma haber tomado medidas de protección inmediatas y mantener una coordinación y comunicación constante con el sector y autoridades locales.














